España parece el paradigma del proceso de desdemocratización de Wendy Brown

Wendy Brown.
Wendy Brown.

La izquierda española carece actualmente de pensadores e ideólogos capaces de brindar una verdadera alternativa política progresista ante el tsunami de la impetuosa ideología neoliberal.

España parece el paradigma del proceso de desdemocratización de Wendy Brown

La izquierda española carece actualmente de pensadores e ideólogos capaces de brindar una verdadera alternativa política progresista ante el tsunami de la impetuosa ideología neoliberal.

La desdemocratización es algo más que un concepto de la nueva ciencia política. Vista desde España, constituye un nuevo paradigma que corre paralelo al enraizamiento de la política económica neoliberal, en la que no parece haber coto para maximizar beneficios a costa de lo que sea: salarios, paro, desigualdad, pobreza... Todo (o casi todo) vale en la devaluada España de Mariano Rajoy, cuya máxima es que no pasa nada. Pero pasa.

Fue Wendy Brown, profesora de ciencia política en la Universidad de Berkeley, en California (EE UU), quien puso hace ya unos años en circulación este concepto de la desdemocratización para describir una de las principales tendencias que marcan la evolución de la realidad política contemporánea. Y a este paso la realidad va a superar no su ficción, sino su creativa teoría política.

La ventaja de la derecha no está tanto en su fortaleza como en la delibidad de la izquierda. Es evidente que los partidos de la izquierda parlamentaria carecen actualmente de pensadores e ideólogos que les brinden una alternativa política progresista ante el tsunami de la impetuosa ideología neoliberal. De hecho, España parece el paradigma del proceso de desdemocratización de la audaz profesora Wendy Brown.

En el final de su ensayo, Wendy Brown se pregunta qué tipo de política de izquierdas y qué forma de renovación democrática podría oponerse al proceso de descomposición pleno de las formas morales y políticas, para poder escapar de semejante: “¿Seguimos siendo realmente demócratas, seguimos creyendo todavía en el poder del pueblo y lo deseamos de verdad? Debemos salir de esta pesadilla, que es nuestra, y de la que debemos despertar".

Ya lo dijo Saramago ¡en 2008!: “La izquierda no tiene ni puta idea del mundo en que vive”.

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