La deuda pública también puede ser un negocio y generar muchas maldades

Billetes de euros. / 123rf.com
Billetes de euros. / 123rf.com

En los Presupuestos de 2015 los ingresos por deuda suman 141.500 millones (50% de los ingresos), cantidad que se utiliza para compensar saldos negativos que MUNDIARIO analiza a fondo.

La deuda pública también puede ser un negocio y generar muchas maldades

En los Presupuestos de 2015 los ingresos por deuda suman 141.500 millones (50% de los ingresos), cantidad que se utiliza para compensar saldos negativos que MUNDIARIO analiza a fondo.

Para entender mejor las consecuencias de las políticas públicas europeas, analizaremos el funcionamiento de la deuda registrada en los Presupuestos de la Administración General del Estado (PAGE) en el ejercicio 2015. Porque la deuda es instrumento que atiende, básicamente, las diferencias entre  ingresos y gastos presupuestarios. Como sucede en las familias con solvencia patrimonial pero sin ahorro. La deuda permite construir una vivienda, comprar un automóvil o ampliar el estudio de los hijos. 

Pero la deuda también puede ser negocio y generar maldades como explicaremos a continuación. En los PAGE del 2015 los ingresos por deuda suman 141.500 millones de euros (50% de los ingresos totales), cantidad que se utiliza para compensar los saldos negativos siguientes:

1) El saldo negativo por operaciones corrientes (-13.278 millones). Este ahorro negativo se obtiene por diferencia entre los ingresos y gastos de los cinco primeros capítulos del presupuesto. Un saldo negativo que se explica por el elevado coste de la deuda acumulada, (intereses) que asciende ya a 35.519 millones de euros.   

2) El saldo negativo por operaciones de capital (- 12.408 millones). Este saldo se produce por diferencia entre los ingresos y gastos de los capítulos 6 y 7 del presupuesto. Los ingresos por venta de activos (capítulo 6) y las transferencias de capital (capítulo 7), tampoco logran financiar las inversiones del presupuesto.    

3) La suma de estos dos saldos negativos cuantifica el déficit público del presupuesto (-25.686 millones de euros). Estamos ante el saldo por operaciones no financieras que debe compensar la deuda pública.  

4) Otro saldo negativo de relevancia se registra en los activos financieros del presupuesto (ingresos y gastos del capítulo 8). Su cuantía se eleva a 21.222 millones de euros y también se financia con deuda pública.

5) A su vez, la deuda financia también las amortizaciones por deuda acumulada. Su cifra es 91.998 millones de euros. La suma de amortizaciones e intereses (carga financiera) asciende en este ejercicio a 127.517 millones, cifra equivalente al 90% de los ingresos totales de la deuda. Este hecho es relevante por su amparo constitucional y porque la deuda se paga con más deuda. Una situación que garantiza el negocio especulativo, enreda al Gobierno y empobrece a gran parte de la población.  

6) Finalmente, debemos considerar el llamado Fondo de Contingencia (-2.594 millones), que si es operativo se financia con deuda, sin reducir así las cifras de otros capítulos presupuestarios. 

7) La suma de todos los saldos negativos asciende a 141.500 millones de euros, cantidad que coincide exactamente con los ingresos procedentes de la deuda pública. Pero reiteramos, si las amortizaciones se financian con más deuda y los intereses tienen ya dimensión imposible, la deuda no decrece y los intereses exigen políticas públicas de ajuste en el gasto y en los ingresos, proceso que redistribuye rentas al revés. Se recorta el gasto social (educación, sanidad, dependencia, etc.), se reduce el personal y los salarios, se debilita el capítulo de inversiones, crecen las concesiones y privatizaciones. Son las políticas neoliberales que impone la Eurozona.  

8) Pero las decisiones sobre los ingresos completan faena. En España las rentas del trabajo equivalen al 92% de los ingresos totales del IRPF; el Impuesto de Sociedades redujo sus ingresos a menos de la mitad de lo recaudado antes de la crisis; la imposición patrimonial y su transmisión se diluyen en silencio; las grandes empresas gozan de fiscalidad apacible; nuestro fraude fiscal duplica la cifra media del fraude en la UE; las grandes fortunas permanecen silenciosas en el paraíso de las Sicav; nuestra Agencia Tributaria es ya una institución que solo se preocupa de los “robagallinas”.  

La Carta de las Naciones Unidas
Hace ahora 70 años se aprobó en la ciudad de San Francisco la Carta de las Naciones Unidas. En su preámbulo decía que “nosotros los pueblos de las Naciones Unidas …”  nos reafirmamos en defender los derechos humanos, la dignidad de las personas, la igualdad de los hombres y mujeres, la justicia, la paz, el progreso social… entre otras cosas. Por eso las riendas que conducen el destino de las naciones deben descansar también en esa magnífica expresión de “nosotros los pueblos” que tanto emociona.

 

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