La Cumbre de Lima para salvar al planeta del cambio climático, ¿otro paso fallido?

Dibujo de Tomás Rodríguez (Tomy)  - Premio  Curuxa Gráfica 2001
Dibujo de Tomás Rodríguez (Tomy), Premio Curuxa Gráfica 2001.

¿Cumplirán los países más contaminantes del mundo, los tibios acuerdos que aprobó a última hora esta conferencia mundial en Perú?, se plantea este periodista cubano.

La Cumbre de Lima para salvar al planeta del cambio climático, ¿otro paso fallido?

¿Cumplirán los países más contaminantes del mundo, los tibios acuerdos que aprobó a última hora esta conferencia mundial en Perú?, se plantea este periodista cubano.

La vigésima Conferencia de Naciones Unidas para el Cambio Climático, celebrada en Lima, Perú,  acaba de demostrar  que es muy difícil ponerse de acuerdo, por las ayudas económicas que debían proporcionar  los países ricos, que son los que más contaminan, a  los países pobres, para detener las consecuencias catastróficas que provocan las  emisiones contaminantes, la deforestación, la destrucción de la naturaleza, y para salvar al planeta.

Los científicos han advertido que de continuar en aumento el calentamiento global el daño será irreversible, si no se toman medidas que lo frenen.  Países como Estados Unidos, China, Rusia, India y Japón,  los mayores emisores de dióxido de carbono del planeta, no acaban de asumir su responsabilidad y tomar en cuenta el resultado negativo de políticas que solamente velan por la especulación y el ansia desmedida de riqueza, sin importar el daño causado.

Al obtener en el 2010 el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, el escritor libanés Amin Maalouf, conocido por sus novelas La roca de Tanios, Las escalas de Levante y El viaje de Baldassare y su libro de memorias Orígenes,  expresaba en la ceremonia de premiación:

“Hoy en día lo que honra a la literatura y lo que nos honra a todos es el intento de entender las complejidades de nuestra época y de imaginar soluciones para que sea posible seguir viviendo en nuestro mundo. No tenemos un planeta de recambio, sólo tenemos esta veterana Tierra, y es deber nuestro protegerla y hacerla armoniosa y humana”.

Su preocupación por el futuro del planeta, por el respeto a la naturaleza,  a la vida humana y animal, es también centro de la mirada de otros  muchos intelectuales y  de los humoristas gráficos.

Por ello quiero recordar en esta ocasión la caricatura impactante, de mucha fuerza visual y con una carga metafórica, del artista cubano Tomás Rodríguez (Tomy), que ganó, en el  2001,  el Premio Curuxa Gráfica, en las Xornadas de Humor, que convocaba el Museo do Humor de la localidad gallega de  Fene, que dirigía Xaquín Marín.

El dibujo nos muestra el resultado de la tala bestial  de los árboles: un hombre acostado pierde también su órgano viril. Una forma de decir que el entorno que nos rodea, y que debemos cuidar,  está directamente relacionado con nuestra forma de sentir y de vivir.

Al fallecer en la Habana, de un infarto cardíaco en el 2010, Tomy nos dejaba obras como esta, para hacernos reflexionar sobre un tema universal. Sobre su vida y su obra, escribió su colega Pepe Alejandro Rodríguez: “Tomy fue un artista insólito en el envoltorio de un impenitente muchacho campesino. Un verdadero labriego de la belleza y la verdad. Y su inmensa obra gráfica, que hace rato ancló en la posteridad, fue una cátedra silvestre sin academias ni retoques: A pura vida, y con una sed de saber y sentir que fue saciando autodidactamente por todas las guardarrayas y autopistas de este mundo”.

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