Antes de Volkswagen, otras empresas alemanas también hicieron trampas

Banderas de las marcas de Volkswagen.
Banderas de las marcas de Volkswagen.

"No deberíamos caer en el papanatismo de apreciar todo lo que viene de fuera y minusvalorar lo nuestro", comenta este autor en un nuevo análisis para MUNDIARIO.

Antes de Volkswagen, otras empresas alemanas también hicieron trampas

"No deberíamos caer en el papanatismo de apreciar todo lo que viene de fuera y minusvalorar lo nuestro", comenta este autor en un nuevo análisis para MUNDIARIO.

Cada día se van conociendo nuevos detalles del fraude de Volkswagen, una de las mayores estafas de la historia empresarial con graves repercusiones para el medio ambiente, para los usuarios, para los accionistas que tenían sus ahorros en esa compañía, para la marca Alemania y para la economía de los países donde la multinacional está implantada, entre ellos España.

Al filo de este episodio, dos reflexiones. La primera sobre la indefensión del cliente-consumidor que es el gran perjudicado de las prácticas empresariales indecentes, sean de la banca, de las eléctricas, de las petroleras y de todas las empresas que controlan el mercado en otros sectores. ¿Dónde están los gobiernos, también el español, que en lugar de fomentar la libre competencia y protegernos de los abusos de las empresas dejan que estas operen en el mercado con tanta impunidad?.

La segunda reflexión es una conclusión: Alemania ni es perfecta, ni tan rigurosa. Allí también se retrasan los trenes, hay contratos basura y listas de espera en la sanidad, se cayó un avión porque la compañía aérea descuidó el control de la salud mental del piloto, salen de las fábricas electrodomésticos defectuosos y ahora coches trucados… Ni ellos son la perfecta maquinaria organizativa que vendieron tan bien, ni los españoles somos el paradigma de la vagancia y de la improvisación. Años atrás hicieron trampas sonadas empresas como Siemens, MAN, Commerzbank, Deutsche Bank y otras, en perfecta connivencia de empresarios y políticos, y ahora se descubre el engaño de VW.

No es por comparar, pero ¿se imaginan lo que estarían diciendo en Alemania y en el norte de Europa si una empresa española cometiera un fraude similar?. Seguro que ya estarían por aquí representantes de la troika. Recuerden “la crisis de los pepinos” cuando aquellas misteriosas muertes fueron imputadas a pepinos españoles y un periódico de Berlín sentenció: “El culpable es un país del sur europeo”. Al final, la causa del problema estaba en las mismas entrañas de Alemania.

Digo todo esto para que no nos flagelemos con ese complejo tan español de minusvalorar lo propio, que es tanto o más de fiar que lo de fuera. Ahora toca ver como VW gestiona esta crisis, que va para largo, y si es capaz de sobrevivir al deterioro de la marca y a las indemnizaciones millonarias. Y ver como Alemania recupera el prestigio que este inmenso fraude causó a la fiabilidad de sus productos. No lo tendrán fácil. 

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