Venezuela, el país dominado por el desastre económico, las protestas y la represión
Desde hace dos meses vive en una situación de emergencia y, lejos de diluirse, la crisis se enquista. Los llamamientos al diálogo chocan con la falta de voluntad política.
Venezuela es ya un país dominado por las protestas, la represión y el desastre económico. Desde hace dos meses vive en una situación de emergencia y, lejos de diluirse, la crisis se enquista. Los llamamientos al diálogo chocan con la falta de voluntad política.
El Gobierno no logra sacar el país adelante y la oposición no concilia posiciones. Los desacuerdos en la estrategia —retirada de las calles o mantener la presión de las protestas— han acabado por agrietar a la Mesa de Unidad Nacional.
Es clave el acercamiento entre Nicolás Maduro y sus detractores. Pero, como advierte el diario español El País, difícilmente la oposición va a sentarse con el Gobierno de Maduro cuando sus líderes están siendo encarcelados o acosados judicialmente, y cuando la brutalidad policial, la arbitrariedad y la censura informativa coartan las libertades.
Nicolás Maduro llamó al diálogo en un artículo publicado en el diario The New York Times, en el que se presentaba como víctima de una conspiración golpista, culpaba a los manifestantes de la violencia y acusaba a los medios de tergiversar la realidad. Más que a la oposición, el texto apelaba al Congreso de EE UU, que estudia la imposición de sanciones a Venezuela. Tampoco parece que sea el mejor camino para dialogar.
Los informes y pronunciamientos de Amnistía Internacional, la Conferencia Episcopal Venezolana, la ONU, la UE y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos indican que, si bien tardíamente, la represión empieza a pasarle factura al Gobierno de Venezuela.
