Soltería y fútbol local, el verdadero acoso y derribo de las reuniones navideñas

Todo listo para el acoso y derribo.
Todo listo para el acoso y derribo.

En las ciudades de provincias, ser del equipo local es una rareza. Algo demasiado exótico para el entendimiento de unas mentes acopladas a la perfección a las pretensiones sociales

Soltería y fútbol local, el verdadero acoso y derribo de las reuniones navideñas

Son muchas las personas solteras que temen las reuniones multitudinarias de Navidad. Son solteros por obligación y no por vocación que se estremecen ante la tan manida pregunta: "¿Aún no tienes novio/a?". No es mi caso. Mi soltería, por el momento, es totalmente vocacional (algo nada desdeñable, por cierto, teniendo en cuenta el funcionamiento de los círculos sociales...).

 

Yo temo estas reuniones por otra cosa, por el fútbol. Al igual que soy soltero por vocación, también elegí ser de un determinado equipo de fútbol. Lo que no calculé bien es que éste no fuese un club perdedor y sin aspiraciones, como es el caso. En una ciudad de provincias como la mía, Cáceres, ser del equipo local es una auténtica rareza. Algo demasiado exótico para el entendimiento de unas mentes acopladas a la perfección a las pretensiones sociales que persiguen la casa en la periferia, el carricoche con bebé, visitas en chándal a un centro comercial y, cómo no, fútbol en el bar. Al fin y al cabo y como diría Sazatornil en 'Amanece que no es poco', "son cosas vistosas, no hacen mal a nadie y llaman la atención lo justo”.

 

Tras tantos años de preguntas navideñas sobre mi soltería y de contraataques sarcásticos como respuesta, hoy ya son pocos los que osan preguntarme. Con el fútbol, en cambio, parece no haber fin. Estas Navidades estoy teniendo múltiples reencuentros con viejos compañeros o conocidos que inciden en el asunto del fútbol local y preguntan sobre ello como el que lo hace sobre un viaje a Marte. Reconozco que ahí no tengo escapatoria... 

 

 

 

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