¿Exige la situación política española una moción de censura al Gobierno de Rajoy?

Mariano Rajoy y Luis Bárcenas. / Vanity Fair
Mariano Rajoy y Luis Bárcenas. / Vanity Fair

Se perdería en el Congreso, pero se ganaría, primero entre la ciudadanía y más tarde en las múltiples elecciones previstas en el calendario de este año, aventura este analista político.  

¿Exige la situación política española una moción de censura al Gobierno de Rajoy?

Se perdería en el Congreso, pero se ganaría, primero entre la ciudadanía y más tarde en las múltiples elecciones previstas en el calendario de este año, aventura este analista político.  

Que el Gobierno esté presidido por una persona que ha mentido en todas y cada una de sus propuestas programáticas, que sus grupos parlamentarios afines estén en dedicación plena de evitar los controles democráticos básicos, en clarísima burla de una legitimidad ya perdida, o que el partido que les apoya, tenga que dedicar la mayor parte de sus esfuerzos a la defensa penal de muchos de sus más importantes responsables (incluidos miembros del gobierno, ya veremos si en un futuro próximo incluso el mismo presidente) no es el motivo más importante para realizar la moción de censura. No, el motivo más importante es su intención de consolidar sus “logros” mediante la elaboración de los Presupuestos Generales de 2016.

Para Pedro Sánchez, el único líder político en posición de poder presentarla, deben ser valorables otras circunstancias, entre las cuales la primera es la de defender los derechos de los sufridos ciudadanos, arrebatando la iniciativa política a quien solo utiliza la suya al detrimento de derechos básicos, y no solo me refiero a la sanidad o la educación, sino a lo que afecta a la calidad de la Democracia, hasta el punto de limitarla tanto, que como hace la llamada “Ley Mordaza” daña los derechos de libertad de opinión y de manifestación, llevando al país de una Democracia imperfecta al borde de un sistema deslegitimado.

Influencia del calendario

Pero también es valorable que el calendario le es favorable, por ejemplo en el tema de la extendidísima corrupción en el PP, si intentan justificarla con el “tú más” con los ERES, al margen de que para una persona informada resulta evidente, que la mayor parte del problema (quizá el 90% o más) solo se sostiene en la muy ideologizada mente de la juez que lo impulsa y su entorno, las elecciones andaluzas van a relativizar muy notablemente el valor del daño.

Por otra parte un político limpio, como el mismo se encargó de proclamar, puede perfectamente aceptar reproches, hacer critica y proclamar las medidas que si se han tomado contra los corruptos del PSOE, frente a la defensa a ultranza de los que aún militan en el PP, llegando a la destrucción de pruebas y a la negativas de colaboración con jueces que la solicitan.

La clave andaluza

Los resultados de las Elecciones Andaluzas también van a relativizar y rebajar la importancia de la referencia de los partidos emergentes, y si la Moción se presenta antes de las Elecciones Municipales y Autonómicas esos resultados, si se confirman las encuestas conocidas, pondrán de manifiesto la importancia del peso de un proyecto con historia frente a alternativas de otros por conocer (y que al día de hoy se resisten a explicitar sus propuestas concretas).

Algunos de los 202 diputados de las elecciones de 1982, se ganaron en la Moción de Censura previa, que transmitió el mensaje de que había propuestas concretas diferentes a las del gobierno de entonces, al tiempo que trasladó de campo la iniciativa política y sirvió de anuncio de la existencia de alguien que se atrevía a asumir la responsabilidad de dirigir el país.

Cierto es que, eso exige presentar públicamente un programa de gobierno coherente, lo que implica un cierto riesgo, pero no es menos cierto que no usar las oportunidades de tomar la iniciativa ,en los momentos oportunos que brinda el calendario, también tiene costes de oportunidad, e imagen.

El futuro, en juego
Ante todo y sobre todo, la Oposición tiene la obligación democrática de dificultar que el Gobierno actual condicione el futuro del que surja de las próximas elecciones generales. Sin olvidar que la nueva situación obligaría a los partidos catalanistas a “retratarse” previa y públicamente, en un proceso en el que sus intenciones e iniciativas pasan a un segundo plano, con una importancia también secundaria.

 

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