El Senado se ha convertido en 'vivitorio' de políticos en trámite de amortización

Senado de España.
Senado de España.

El Senado ha sido rebajado a cámara de segunda lectura contra la previsión constitucional, que lo define, con lógica federalizante, como cámara de representación territorial.

El Senado se ha convertido en 'vivitorio' de políticos en trámite de amortización

Será difícil convencer a los independentistas catalanes de que no les traería mucha cuenta arrancarle a España la soberanía para luego cederla a la Unión Europea. Se podría intentar  ofreciéndoles una reforma de la Constitución que aclare que la única diferencia entre el Estado de las Autonomías y uno federal es mayormente el nombre.

La dificultad proviene en última instancia de la renuencia de nuestros gobernantes a discutir con todas las CC AA a la vez los problemas que afectan al conjunto. Harían a la patria un servicio memorable haciéndose perdonar con obras su pecado de deslealtad: haber rebajado el Senado a cámara de segunda lectura contra la previsión de la CE que lo define, con lógica federalizante, como cámara de representación territorial. El resultado más visible de esta perversión es que el Senado se ha convertido en “vivitorio” de políticos en trámite de amortización y en modo seguro de rectificar los despistes del Congreso.

Mucha cosa parece esperar enmienda de unos partidos nacionales incapaces de formar grandes coaliciones de gobierno cuando las circunstancias lo exigen y de los de ámbito autonómico que vienen sacando grandes beneficios de las oportunidades de negocio que da el disponer de los escaños que faltan para completar la mayoría suficiente para gobernar sin sobresaltos parlamentarios. Los indecentes intercambios de cromos que esto acarreó, vendidos al respetable público como contribución a la gobernabilidad, no han hecho más que aumentar las desigualdades territoriales y el desprestigio de la política.

No es pues probable que vascos y catalanes den su aprobación a tratar los asuntos de que se ocuparía un Senado con funciones similares a las del Consejo Federal alemán (Bundesrat), porque eso sería reconocer a todas las autonomías como iguales. Mientras las cosas sigan como están, podrán disfrutar del momio de negociar con el Gobierno central de tú a tú y sin testigos, que eso realza los hechos diferenciales.

Pero hay que notar que su rechazo a una oferta de reforma planteada sin trampa ni cartón no quitaría legitimidad a los demás partidos con representación en La Cortes del Reino para  presentarla al pueblo soberano. Son mayoría cualificada.

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