Riesgo para el ahorrador: los fondos de inversión crecen a costa del plazo fijo

Evolución de las cuentas a plazo y de los fondos de inversión. / Mundiario
Evolución de las cuentas a plazo y de los fondos de inversión. / Fuente: CNMV y Banco de España

La caída del Euribor reduce casi a cero la rentabilidad del plazo. El crecimiento de los fondos, la SICAV del ciudadano, podría explicarse por su rentabilidad pero quien gana es la banca.

Riesgo para el ahorrador: los fondos de inversión crecen a costa del plazo fijo

La caída del Euribor reduce casi a cero la rentabilidad del plazo fijo. El crecimiento de los saldos en fondos de inversión, la SICAV del ciudadano, podría explicarse en la búsqueda de mayor rentabilidad, pero quien más la obtiene es la banca.

En la microeconomía se estudia la teoría neoclásica del consumidor según la cual y fijado un nivel de precios, un consumidor perfectamente racional consumirá cantidades de cada bien de tal manera que la utilidad total sea la máxima posible. Uno está más de acuerdo con  el principio de dependencia formulado por J. K. Galbraith, por el que las necesidades del consumidor están influidas por la publicidad, las modas, la cultura y los amigos.  Así lo estimo en el caso del comportamiento último de los saldos de los ahorros, crecientes en fondos de inversión y decrecientes en cuantas a plazo fijo.

Hubo una época no muy lejana, pongamos los 90, donde un ciudadano, normalmente un jubilado, complementaba sus ingresos con los jugosos intereses que percibía de su cuenta a plazo. Con diez millones de pesetas de aquel entonces, sesenta mil euros en la actualidad, podría recibir unas 55.000 pesetas líquidas mensuales, unos 330 euros. Hoy en día no pasarían de 10 euros líquidos al mes por la misma cantidad. Eso sí, el Fondo de Garantía de Depósitos le cubre un saldo por titular de hasta 100.000 euros, cuando por aquel entonces el límite era de 15.000 euros. Pero en los 90 solo el Banesto de Mario Conde llegó a hacer temer por los ahorros de sus clientes de plazo fijo, aunque, afortunadamente, nada pasó.  

Para los bancos y cajas las cuentas a plazo fijo eran una garantía de estabilidad en los depósitos y de financiación estable de su inversión crediticia. De ahí que las cuentas se remunerasen con tipos con diferenciales entre uno y dos puntos por debajo del Euribor, en aquella época Mibor, lo que les aseguraba un aceptable margen de intermediación. El Euribor a un año de junio de 2015 fue del 0,163%, por lo tanto, suponiendo que no se remunerasen las cuentas a plazo, lo que ya está sucediendo, el margen máximo de intermediación sería de ese 0,163%. Una miseria.

Punto de inflexión del plazo y los fondos

Se cerró 2011 con el Euribor rozando el 2% y hasta la actualidad no ha cesado de bajar hasta la cuota actual que, en la práctica, ya es del 0%. En el gráfico que encabeza este artículo tomando como base 2009, podemos apreciar como a partir de 2011 comienza una caída de los saldos de ahorros en plazo fijo y como desde 2012 los saldos en fondos de inversión crecen hasta superar ampliamente el sado de partida en 2009.

La caída de plazo y al aumento de los fondos podría obedecer a las decisiones de consumidor racional que ante una situación de caída de sus rendimientos busca una rentabilidad por otras vías en la colocación de sus ahorros. Ahora bien, conociendo el perfil general del ahorrador, a menudo un jubilado que vive en el rural o, cuando menos, fuera del centro de la ciudad, ¿tenemos que creerlo?.

Partimos de la premisa de que las cuentas a plazo fijo no presentan riesgo alguno para sus titulares. ¿Los fondos tampoco?. El riesgo de un fondo de inversión va depender del tipo de activo en el que invierte los principales activos a donde irán parar los ahorros del jubilado. Ordenándolos de menor a mayor riesgo serían activos del mercado monetario  o renta fija a corto plazo; activos de renta fija o inversiones en bonos emitidos por gobiernos, empresas y diversos organismos, normalmente a plazos medios o largos; y activos de renta variable, donde los fondos invierten principalmente en acciones de empresas cotizadas en bolsa. Este el activo de mayor riesgo y presumiblemente el de mayor rentabilidad.

Pero existen, además del tipo de activo, otros factores de riesgo en los fondos de inversión, como puedan ser el área geográfica donde invierte o la moneda en la que se denominan sus activos y yo incluiría las comisiones que aplica su gestora, a diferencia del plazo fijo, donde no existen comisiones, y que pueden llegar a ser las siguientes: suscripción o de entrada en el fondo; gestión, que es la que repercute los gastos de gestión de las inversiones; de depósito, que suele coincidir con la retribución para el banco por donde opera el fondo;  y la de reembolso, en el momento de cancelación total o retirada parcial de saldos en el fondo.

Saldos en fondos vs. saldos en plazo fijo

Según información de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV): “el entorno de tipos de interés tan reducidos está favoreciendo las in­versiones en productos como los fondos de inversión, en detrimento de otros instru­mentos financieros como los depósitos a plazo de los bancos”. Lo que explicaría que el patrimonio gestionado aumentase en 2014 un 23,8 %, hasta alcanzar los 234,6 mil millones de euros.

Pero, en mi opinión, el motivo real obedece a las jugosas comisiones de gestión que aplican las gestoras de los fondos y, al estar estas en la órbita de los bancos, en estos últimos. Dichas comisiones, del 0,85% por término medio sobre el patrimonio gestionado, generaron unos ingresos de 2.000 millones de euros, un 25,7 % más que en 2013. Una simple estimación tomando como referencia el Euribor actual, implicaría que para percibir el mismo margen, los bancos deberían disponer de nada menos que unos 1,25 billones de euros de saldos en plazo fijo!.

Mucho me temo que, una vez más, se está consumando el principio de Galbraith; que prime la banca de productos sobre la de clientes; que los test de conveniencia obligatorios por la directiva europea MIFID se estén incumpliendo y los ahorradores, como antes en los casos de preferentes y subordinadas,  aunque haya que reconocer que no sea extremadamente complejo, sean manipulados en perjuicio de sus intereses. La rentabilidad de los fondos monetarios y de renta fija es o negativa o muy similar a la del plazo fijo, lo que confirma que no son los intereses de los ahorradores los que priman la acción comercial de los bancos. Al menos, no se prevén quebrantos de dimensiones similares a los que afectaron a los preferentistas. Pero, eso sí, la banca siempre gana y la CNMV mira para otro lado…

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