El PSOE se plantea ahora si las primarias serán suficientes para salir a flote

Alfredo Pérez Rubalcaba.
Alfredo Pérez Rubalcaba.

"Es el momento de la valentía, del liderazgo colectivo y, sobre todo, de la generosidad en el Partido Socialista. Los tiempos de la imposición han caducado", comenta este autor.

El PSOE se plantea ahora si las primarias serán suficientes para salir a flote

Si al final se aplica la fórmula de 'un militante, un voto' para la elección directa del secretario general del PSOE antes del 19 de julio, ¿qué sentido habría tenido el espectáculo tan deprimente que dieron los socialistas a todo el país? Sentido, ninguno, pero razones, algunas.

Hace algunas semanas, hablando con un buen amigo, me decía que el PSOE “por mal que fuese, siempre estaría ahí”. Sin embargo, ayer volvimos a hablar y mostraba serias dudas de esto que me dijo. ¿Está tan mal el PSOE internamente como parece? Sí, lo está, y querer transmitir otro mensaje es engañar al ciudadano y, sobre todo, al militante. Ya no se trata de buscar responsables, que los hay y no se centran en una sola persona, sino de asumir la gravedad de la situación para decidir los que estamos dentro del partido si queremos que el Partido Socialista siga cumpliendo años en España o nos encaminemos hacia una lenta destrucción que nos ponga al nivel del PASOK.

Desde que Rubalcaba anuncia que se va pero se queda hasta julio han pasado apenas 5 días, y algo tenemos seguro todos o la mayoría de socialistas que sufrimos el partido: una sensación de cansancio, estupor e indignación que sería imposible de soportar sin quebrar hasta la celebración del congreso extraordinario. Si al final se produce la fórmula de “un militante, un voto” para la elección directa del secretario general antes del 19 de julio, ¿qué sentido habría tenido todo el daño, el ruido y el espectáculo tan deprimente que hemos estado dando los socialistas a todo el país? Sentido, ninguno, pero razones, algunas.

Los juegos de poder

Uno de los grandes males que afectan a la democracia hasta minarla en su principal línea de flotación es lo que se denomina “la política subterránea”, es decir, esos juegos de poder ajenos al circuito principal de la política en el marco público y que determinan nuestro futuro en una dimensión extraña que no controla la ciudadanía ni, en el caso de los partidos, las bases de los militantes. En el PP, está claro, que les da lo mismo ser un rebaño de militantes sin apenas voz y ni hablar del voto; pero en el Partido Socialista el clamor de la democracia real interna es una condición innegociable para que se pueda reconstruir ese partido “con voluntad de mayorías” desde unas cenizas que aún nos queman en el alma y cuyo vapor nos taladra la poca moral que aún nos quedan a las bases, porque aquellos que luchan por el poder, ya sea para perpetuarse o ampliarlo, nunca pierden la moral, porque la fuerza de la ambición, y más aún si es ilegítima, va más allá de cualquier decencia debida para con quienes pagamos las cuotas y la humildad que hoy, más que nunca, se precisa para volver a acercarse a la sociedad.

Llegados a este punto tengo claro algo que, seguramente, podrá sonar escandaloso y hasta subversivo, pero estoy seguro de que el problema que sufre el socialismo en España no se arregla con primarias abiertas. Sí es verdad que las primarias internas es un vehículo necesario e imprescindible para reconciliarnos con nosotros mismos, pero dudo de que unas primarias “abiertas” tengan ese poder curativo que muchos creen y defienden como un dogma de fe al que todos debemos dedicar nuestros sueños. 

Digo esto porque yo me he parado a pensar en la respuesta que puede dar la sociedad española al socialismo cuando se convoquen las primarias abiertas para la elección del candidato a la Moncloa. ¿Se han alejado los votantes porque no hemos tenido primarias abiertas anteriormente? Creo que no, ya que la desafección progresiva del votante de izquierdas hacia el PSOE va más allá de esta cuestión para entrar, directamente, en nuestros pecados cometidos que no están dispuestos a perdonarnos porque sienten que los pecadores o cómplices de los pecados de entonces siguen en primera línea del partido. Ya no es que cuestionen el mensaje, es que directamente no escuchan al mensajero.

Votar sí, pero en las elecciones

Luego es evidente que con 250.000 militantes que tenemos en el PSOE, si se convocan las primarias abiertas lo más seguro, porque lo contrario sería un fracaso estremecedor, es que exista un número mayor de “simpatizantes” que decidan mayoritariamente qué candidato querrían para el partido socialista. El secreto no está en que los españoles vengan a votarnos en primarias, sino que vengan a votarnos el día de las elecciones. Ahí tenemos el caso del PSPV que celebró unas primarias abiertas, con un gran éxito de participación, ganó el candidato “oficialista”, y se han estrellado en estas europeas como si la inercia política en Valencia siguiera su curso: hundimiento del PP y del PSOE, mientras suben y crecen los demás partidos del arco parlamentario junto a Podemos, que entra en el tablero del juego. 

Es el momento de la valentía, del liderazgo colectivo y, sobre todo, de la generosidad en el Partido Socialista. Los tiempos de la imposición han caducado, y quien no entienda que el nuevo liderazgo del partido no puede alcanzarlo sin someterse al voto secreto e individual de cada militante, claro que es posible que llegue al sillón en Ferraz pero con fecha de salida: noviembre del 2015. @marcial_enacion

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