Pote, el gallego que penetró en las finanzas de Cuba un siglo antes que Escotet

Escotet y Pote
Escotet trata de introducirse en las finanzas cubanas como hizo 'Pote'.

José López Rodríguez adquirió las acciones de JP Morgan en 1912. Llegó a tener 121 sucursales y un capital de 194 millones de dólares. Hoy, Escotet trata de emularlo.

Pote, el gallego que penetró en las finanzas de Cuba un siglo antes que Escotet

José López Rodríguez adquirió las acciones de JP Morgan en 1912. Llegó a tener 121 sucursales y un capital de 194 millones de dólares. Hoy, Escotet trata de emularlo.

Algo se mueve en Cuba. El embargo de Estados Unidos se suaviza y las grandes empresas intentan hacerse sitio para un posible mercado virgen y apetecible. Abanca es una de ellas. Está interesada en el 60% que Bankia posee en la Corporación Financiera Habana (CFH). A finales de octubre se cerrará la subasta. La entidad de Juan Carlos Escotet compite con otros 30 interesados.

CFH es una empresa mixta en la que el 40% está en manos del estado cubano a través de un grupo bancario (Banco Popular de Ahorro). Se fundó en 1998 y fue la primera financiera de carácter mixto constituida en Cuba. Su volumen de negocio es de apenas 70 millones de euros. Opera como un prestamista: no tiene depósitos y sólo se dedica a facilitar crédito a las empresas que desean establecerse en la isla.

Inauguración de la Casa del Timbre con Pote y el presidente Gómez
Pote, de la miseria a la especulación.

 

Llegó en 1881 en un buque con un pasaje de cuarta categoría. José López Rodríguez tenía 18 años, era analfabeto y en la isla no tenía grandes apoyos. Caminaba, como el gitano de Lorca, solo por el monte. Valeroso y obsesionado por escapar de la miseria familiar en su Maside natal.

Dicen que el apodo de Pote provenía de su afición por todo tipo de caldos aunque es posible que también estuviese relacionado con la necesidad de ahorrar todo lo que ganaba. En 1890 se casa con Ana Luisa Serrano, viuda heredera de la librería La Moderna Poesía. Muchos de los que visitan La Habana acuden al Floridita sin reparar que a unos cuantos metros (en la esquina de la calle Obispo) está situado este mítico negocio en el que López Rodríguez cimienta su ascenso económico. La Moderna Poesía era una de las mejores librerías de la ciudad en la que instala una imprenta y monopoliza la impresión de documentos oficiales como sellos, bonos, acciones… Años después, se asoció con la librería Cervantes y constituyeron Cultural S.A, que publicaba libros de texto y tenía sucursales en países como Colombia o México.

Pote sustituyó carencias intelectuales por audacia. Apoyó decididamente la causa independentista cubana, algo que le supuso cuantiosos beneficios cuando se instaura la República en 1902. Cinco años después financió la campaña del General mambí José Miguel Gómez, Tiburón. Cuentan que cuando éste alcanzó la presidencia del gobierno, la relación con Pote era tan estrecha que era la única persona a la que se le permitía acceder al Palacio presidencial en mangas de camisa.

En esos años, López Rodríguez explota con habilidad sus contactos para realizar todo tipo de inversiones. Compra unos terrenos yermos a precios muy bajos en el Vedado y Miramar, construye el llamado puente de Pote sobre el río Almendares y los vende años después muy revalorizados; adquiere ingenios azucareros; suministra al gobierno materiales de oficina y de guerra; compra terrenos pantanosos en Matanzas, los drena y funda la central azucarera España… Y penetra en las finanzas de Cuba, algo que acabaría siendo su ruína.

Edf¡ificio López Serrano Vedado
Una caída vertiginosa.

 

El viento soplaba a favor. López Rodríguez se hace con el control del Banco Nacional en 1912 al adquirir la participación de J.P.Morgan y otros inversores. La entidad era la más prestigiosa en su época y se dedicaba fundamentalmente al crédito azucarero, una línea en la que profundizará el emigrante de Maside. Este no fue su único movimiento en el sistema financiero cubano. Controlaba además la Compañía Nacional de Finanzas y también llegó a ser Consejero del Banco Español y de varias cajas de ahorro. Entre ellas, la del influyente Centro Gallego. Eran los años de vacas gordas y su capital seguía creciendo: el Matadero Industrial, Cemento Almendares, Pavimentación de Cienfuegos, empresas editoriales, turísticas… En 1919 el azúcar subió de 6 a 22 centavos la libra, se concentran decenas de inversiones en ese sector, todo se revaloriza, se construyen mansiones y La Habana se expande urbanísticamente.

La burbuja especulativa en la que estaba inmerso Pote pinchó meses después. Los precios del azúcar se desplomaron y, con ellos, el sistema financiero cubano. Los bancos concedieron préstamos por más de 80 millones de pesos confiados en la recuperación del mercado, pero el crack fue inevitable. Los ciudadanos exigían sus ahorros. El Banco Nacional y otras entidades decretaron suspensión de pagos en octubre de 1920. Pote había aprovechado los depósitos para expandir los centrales azucareros (“Reglita”, “España”, “Conchita”, “Asunción”, entre otros). El “Día del pánico” (9 octubre) se supo que acumulaba una deuda de 13.262 millones de pesos con el Banco Nacional, del que poseía la mitad de sus acciones. 

José López Rodríguez creció desde la miseria hasta las más altas cimas de la política y la economía. Controló buena parte del sistema financiero y acumuló una fortuna de 93 millones de dólares pero su caída fue tan meteórica como el ascenso. Uno de los iconos de su riqueza es el edificio López Serrano que acabó de construir su hijo en el Vedado, en la confluencia de las calles Línea y 13. Fue el primer rascacielos cubano, de estilo Art Deco y con clara influencia americana. De hecho, la estructura maciza de 20 plantas rematada con una torre guarda recuerda al Empire State de New York. Allí apareció muerto Pote el 28 de marzo de 1921, colgado de una sábana atada a la barandilla de una majestuosa escalera de caracol. La noticia conmocionó a la sociedad cubana. El juez concluyó tras una investigación que Pote se había suicidado aunque algunos sostenían que pudo ser asesinado…

El Banco Nacional cerró con un pasivo de 67 millones de dólares y graves acusaciones por dolo contra intermediarios del azúcar. En total, se habla de 130 millones de dólares en pérdidas y 18 entidades cerradas. Los grandes beneficiados por el crack de 1920 fueron The National City Bank of New York y The Royal Bank of Canada, que pasaron a controlar el sistema financiero y numerosos ingenios cubanos.

Han pasado casi 100 años de aquella crisis que tumbó capitales especulativos como el de Pote. Ahora, Abanca trata de penetrar en las finanzas de la isla a través de la Corporación Financiera Habana. Cuba, ayer y hoy, sigue siendo una tierra de oportunidades para los gallegos…

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