La ONU advierte de la irreversibilidad de los efectos del cambio climático

Sede de la ONU en Nueva York / UN Photo / JC McIlwaine.
Sede de la ONU en Nueva York / UN Photo / JC McIlwaine.

El informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático alerta sobre la necesidad global de frenar las devastadores consecuencias del cambio climático pronto. 

La ONU advierte de la irreversibilidad de los efectos del cambio climático

Un viajero solitario, en un planeta en que lo único no hostil es su barca, intenta creer desesperadamente  que existe la tierra seca. Todo es agua, una vez derretidos los casquetes polares, y la tierra firme es una ilusión, una leyenda de lo que un día fue, un lugar irrecuperable. Este argumento de la famosa película Waterworld, podría ser el desenlace de años de desoír las advertencias de las organizaciones que alertan sobre el desastre de que se produzca el cambio climático.

Quizá Waterworld sea un final un tanto exagerado, pero lo que ya es una realidad es el deshielo que amenaza con hacer desaparecer los polos, que el nivel del mar ha subido con respecto a los milenios anteriores, que el calentamiento global, junto con la acidificación y falta de oxígeno están alterando las condiciones de vida de los océanos, que muchos ecosistemas únicos están en grave peligro de extinción..

Un futuro catastrófico

Así lo advierte el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, organización internacional ratificada por la Asamblea General de la ONU, que, tras haber difundido en septiembre el informe del Grupo de Trabajo I, sobre los aspectos científicos del sistema climático y del cambio climático, señala ahora la vulnerabilidad de los sistemas socioeconómicos y naturales al cambio climático, las consecuencias negativas y positivas de dicho cambio y las posibilidades de adaptación al mismo. Y parece que todo debe asimilarse a contrarreloj. De lo contrario, el futuro coincide perfectamente con una sociedad líquida, desplazada por la fuerza en muchas ocasiones, en busca de recursos con los que, no ya vivir mejor, sino sobrevivir. La escasez de agua, el consumo insostenible, y la contaminación de los recursos naturales llevará a una inseguridad hídrica que aumentará la pobreza de aquellos lugares en que más incida, y que provocará, con probabilidad, un aumento de los conflictos que traspasará sus fronteras.

En  un mundo tan globalizado, el flujo de migraciones a la procura, ya no de mejores condiciones de vida, sino de recursos con los que vivir, aumentará notablemente. Pero como las consecuencias del cambio climático, pese a afectar con más incidencia al continente asiático, son un problema global, ni siquiera en los lugares de destino hay garantías de futuro. Se habla de refugiados climáticos, personas que necesitan escapar de su lugar de origen porque, o bien ha desaparecido, o bien está siendo devastado. Los principales cultivos de la tierra tendrán que adaptarse a la subida de la temperatura, y el planeta no parece todavía preparado a dosificar el trigo, el arroz o el maíz.

Frenar la inseguridad

Si el concepto de seguridad ya ha sido ampliado más allá de la no violencia, hacia la humana, la alimentaria, la sanitaria, la económica, y la del entorno, todas estas ramas están en jaque por el cambio climático. Y el jaque puede ser mate, si no se adoptan medidas urgentes a tiempo.

El Panel de Expertos todavía tiene pendiente dos grupos de trabajo más: en Berlín, del 7 al 11 de abril; y la síntesis, en Copenhague, del 27 al 31 de octubre. Y entonces, todos aquellos trabajos teóricos sobre seguridad blanda, cambio climático, efecto invernadero, deshielo, tendrán una base más para quienes luchan por solucionar el problema cuando todavía se puede. De no hacerlo, los daños no compensables, serán, además, irreversibles. Porque esa es la grandeza y la debilidad de la Tierra: puede quitarnos todo.   

Los datos son desesperanzadores, pero hay uno positivo que puede eclipsar los anteriores: que todavía haya tiempo para frenarlos. Se exige un consenso global, porque el cambio climático no entiende de fronteras. No habrá posibilidad de negociar las consecuencias. Entre las ciudades amenazadas están Los Angeles, o Tokio. Según el Worldwatch Institute, en un informe en 2001, el aumento de 1 metro del nivel del mar puede inundar el 70% del litoral de Nigeria, o a diez millones de personas en Bangladesh. Y entonces, será demasiado tarde para relegar la tierra seca a la ciencia ficción.

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