Obama ya no llama a Galicia al presidente con una deuda de un billón de euros

Mariano Rajoy en un fotomontaje de Twitter.
Mariano Rajoy en un fotomontaje de Twitter.

La deuda pública del país que gestiona Rajoy supera por primera vez el billón de euros. Nuevo récord del endeudamiento del Estado en junio: 1.007.319 millones, el 98,4% del PIB.

Obama ya no llama a Galicia al presidente con una deuda de un billón de euros

La deuda pública del país que gestiona Mariano Rajoy supera por primera vez el billón de euros. Nuevo récord del endeudamiento del Estado en junio: 1.007.319 millones de euros, es decir, el 98,4% del PIB.

 

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, vuelve a estar de vacaciones en Galicia. Tal vez este verano no le llame Barack Obama. Menos mal. Meses antes de la asamblea del FMI, en pleno verano de 2012, el presidente de Estados Unidos (EE UU) sí había llamado por teléfono al jefe del Gobierno español, que a primeros de agosto estaba de vacaciones en Sanxenxo. Ambos hablaron entonces sobre la situación económica de España y de la Unión Europea.

¿Era tan extraño el interés del presidente Obama? No. ¿Tenía que ver con el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) a España? Sí.

Hace ahora dos años, tanto EE UU como el FMI salían en auxilio de España y no precisamente por solidaridad, sino por su propio interés: la eurozona estaba adentrándose en una nueva recesión que amenazaba a la economía de la primera potencia mundial, donde el demócrata Barack Obama tendría elecciones tres meses después, en las que revalidaría por cierto su mandato. Forzar a Alemania a echarle una mano a España y a Italia, mediante una rebaja de los tipos de interés, tenía un precio, pero aun siendo alto sería inferior al de contaminar la eurozona y EE UU, cuya interdependencia es grande. Obama ya había urgido en varias ocasiones a los líderes de la UE a que tomasen las medidas necesarias para controlar la crisis económica, y de ese modo evitar que se contagiara a otras zonas del mundo. Así, en mayo de 2012, en un discurso durante la reunión del G-8, Obama había dejado una frase lapidaria: “Si una compañía quiebra en París o en Madrid, eso significa menos negocio en Pittsburgh o en Milwaukee”.

Ya no estamos en 2012. Por fortuna. EE UU ha salido de la crisis, ni la UE ni el euro se han hundido -del todo- y España sigue erre que erre. No está bien pero asusta menos que hace dos años. El problema está ahora en casa. Digamos que las cosas siguen estando mal (déficit, deuda, desempleo, desigualdad, pobreza…) pero los problemas parece que ya se pueden arreglar en casa, sin recibir severas advertencias del exterior. Este verano Obama ya no llamará a Rajoy o al menos no le llamará alarmado. Y, sin embargo, la deuda pública del país que gestiona Mariano Rajoy supera por primera vez el billón de euros. Un nuevo récord del endeudamiento del Estado en junio: 1.007.319 millones de euros, es decir, el 98,4% del PIB, lo que prueba que las cosas no van bien.

Por eso mismo, confianzas debe haber las justas, porque España sigue muy endeudada y sin rumbo productivo conocido y el entorno cojea. En la Unión Europea no solo hay problemas con Rusia. El propio presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, reconoce que la recuperación continúa “débil, frágil y desigual”. De hecho, la economía de la zona euro se ha estancado en el segundo trimestre. El deterioro de la actividad en Alemania e Italia y la parálisis de Francia frenan así el avance del PIB, mientras España y Portugal despuntan con crecimientos del 0,6%. Con Italia de nuevo en recesión, “el impulso de crecimiento se ha ralentizado”, constata también Draghi, cuya información de los mercados es coincidente con su diagnóstico sobre una recuperación económica “moderada y desigual en la zona euro”.

A Europa le esperan una baja inflación y un lento crecimiento monetario y del crédito, a pesar de que el precio del dinero se mantiene en el mínimo histórico del 0,15%. Y a España, más de lo mismo, con el hándicap de que debe descubrir una alternativa de crecimiento, ya que los buenos tiempos del ladrillo no volverán.

Por aportar un par de datos positivos, tendríamos que en España se recupera ligeramente el empleo -eso sí, precario- y los resultados empresariales recobran cierta fortaleza. Así, los beneficios de las compañías del Ibex 35 crecieron un 10,6% en el primer semestre del año, pero las ventas todavía cayeron, aunque menos que hace un año. @J_L_Gomez

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