Los nuevos teléfonos móviles parecen echar de menos la caligrafía

Uno de los móviles más modernos escribe a lápiz.
Uno de los móviles más modernos escribe a lápiz.

Hemos vivido una revolución tecnológica pero ahora parece que echamos de menos aquellos tiempos del lápiz y el papel. ¿Volveremos a escribir como si uno estuviese delante de un folio en blanco?

Los nuevos teléfonos móviles parecen echar de menos la caligrafía

Hemos vivido una revolución tecnológica pero ahora parece que echamos de menos aquellos tiempos del lápiz y el papel. Uno de los móviles inteligentes más modernos del mercado se promociona estos días como capaz de escribir como si uno estuviese delante de un folio en blanco, y con un lápiz en la mano... 

La revolución tecnológica quizás haya completado su giro de 360 grados y esté regresando a su punto de partida. Me ha llamado la atención estos días el modelo más moderno de teléfonos “inteligentes”. Se llama “Samsung Galaxy Note 4”. Lo están publicitando con una campaña fortísima por todos los medios de comunicación, físicos y virtuales.

Una de las curiosidades de este aparato es que, al parecer, controla el ritmo cardíaco mientras haces ejercicio. Yo pensaba que no era bueno andar con el móvil pegado al cuerpo durante todo el día, por el tema de las vibraciones. Y menos haciendo ejercicio. El ritmo cardíaco seguro que es alto se a uno le llaman de la oficina mientras corre por el monte, por ejemplo... Sin embargo, ahora se vende como virtud lo que parece un claro defecto. Este es el éxito de la mercadotecnia. Pero no quería hablar en esta crónica de esta prestación llamémosle cardíaca del tal Samsung:

Resulta que, por una parte, este modelo de móvil se promociona —en todas las imágenes que he visto— con un bolígrafo o puntero a su lado. Y lo más llamativo es que viene preparado para que uno pueda escribir directamente sobre la pantalla, como si estuviésemos de nuevo sobre un folio en blanco. Esto ya lo hacían hace un par de años algunas tabletas (sin mucho éxito, pienso), pero sacar ahora, con este recurso, el ultimísimo modelo de teléfono inteligente, es muy chocante.

¿Acaso echamos de menos el papel, la libreta, el lápiz… la escritura orgánica? ¿Aquel mundo de texturas y sensaciones que la revolución digital succionó para convertirlo en pantallas retroiluminadas y minimalismo?

Ha sido tan fuerte esta revolución digital que muchos padres ven avances prodigiosos en el aprendizaje de sus hijos por el hecho de que los chavales son capaces de controlar ese mundo de consolas y tabletas ya desde los dos o tres años de edad. Unos niños superdotados.  Paralelamente, nadie ha ido reparando en que esos escolares estaban cogiendo el lápiz o el bolígrafo como si fuera un palo, en un claro síntoma de evolución… a la inversa.

Y ahora llega este modelo, el Note 4. Que nos toca realmente el corazón. Ya no porque nos mida las pulsaciones, como he dicho, sino porque nos lleva a recordar aquel viejo término vintage, aquella palabra sumida en la niebla de los tiempos: Caligrafía

Uno lo agradece, claro. Pero, también, me pregunto: ¿Toda una revolución para esto?

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