El novelista Umberto Eco propone hacer un periódico crítico de la realidad virtual

Umberto Eco. / elcivico.com
Umberto Eco. / elcivico.com

El filólogo italiano apunta al periodismo en su nueva novela, Número Cero, en la que traza la historia de un editor que monta un periódico con el que chantajea a sus adversarios.

El novelista Umberto Eco propone hacer un periódico crítico de la realidad virtual

El filólogo italiano apunta al periodismo en su nueva novela, Número Cero, en la que traza la historia de un editor que monta un periódico con el que chantajea a sus adversarios.

Umberto Ecoel autor de El nombre de la rosa, novela de 1980 cuyo misterio, cultura e ironía "asombraron al mundo", como dice Juan Cruz, le cuenta a este periodista en una entrevista que "Internet puede tomar el puesto del periodismo malo".

"El periodismo -explica Eco en El País- podría tener otra función. Estoy pensando en uno que haga una crítica cotidiana de Internet, y es algo que ocurre poquísimo. Un periodismo que me diga: 'Mira qué hay en Internet, mira qué cosas falsas se están diciendo, reacciona ante ello, yo te lo muestro'. Y eso se puede hacer tranquilamente. Sin embargo, se piensa aún que el diario está hecho para que lo lean unos señores viejos –ya que los jóvenes no leen—que además no usan Internet. Habría que hacer, pues, un periódico que se convierta no solo en la crítica de la realidad cotidiana, sino también en la crítica de la realidad virtual. Este es un posible futuro para un buen periodismo."

El filólogo italiano apunta precisamente al periodismo en su nueva novela, Número Cero, en la que traza la historia de un editor que monta un periódico con el que chantajea a sus adversarios. ¿Y cómo se sale del fango?, pregunta Juan  Cruz. Eco responde: "Dando noticias acreditadas. Además, ¿qué es la máquina del fango? Normalmente se utiliza para deslegitimar al adversario y desprestigiarlo sobre cuestiones privadas. Quiero decir que en la época áurea si no te gustaba un presidente de Estados Unidos, ya fuera Lincoln o Kennedy, lo matabas; era por así decirlo un procedimiento honesto, como se hace en la guerra… En cambio, con Nixon y con Clinton se produjo una deslegitimación basada en cuestiones privadas. Uno incitaba a robar papeles, el otro hacía cosas con una chica en su estudio… Esta es la máquina del fango. Podrías haber dicho, cosa que no ocurrió en Estados Unidos, que Kennedy se acostaba con Marilyn Monroe; la máquina del fango hubiera utilizado eso… A aquel juez de Rímini de mi libro (que existió realmente, en otra ciudad) le pusieron encima la máquina del fango: llevaba calcetines estrafalarios, fumaba demasiado. En realidad, había dictado una sentencia que por aquel entonces no le había gustado a Berlusconi. Y lo que hizo la maquinaria del ex primer ministro fue buscar su desprestigio a través de episodios menores. Puedes deslegitimar a Netanyahu por lo que hace con Palestina. Pero si lo acusas, pongo por caso, de pedófilo, entonces ya no estarás funcionando con hechos, sino que estás poniendo en marcha la máquina del fango."

Frente a la máquina del fango, la propuesta de Umberto Eco es la siguiente: "Las pruebas, las noticias contrastadas. Para la máquina del fango es suficiente con difundir una sombra de sospecha o trabajar sobre un cotilleo menor. Al fin y al cabo, en Italia, Berlusconi fue puesto contra las cuerdas contando lo que hacía por la noche en su casa. Se podían decir de él, y se han dicho, cosas mucho más graves, sobre sus conflictos de intereses, por ejemplo. Pero eso dejaba al público indiferente. Y en cuanto se probó que iba con una menor de edad entonces se le puso en dificultades. ¡Como ves, hasta defiendo a Berlusconi! Él ha sido vencido a partir de revelaciones sobre su vida privada más que por noticias sobre hechos verdaderos y otras cosas de las que es responsable."

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