¿Por qué no aparece un Gordon Brown en la política catalana y española?

En ausencia de alternativas sólidas, la gran capacidad movilizadora del movimiento soberanista de Cataluña se multiplica, advierte Xavier Vidal-Folch, que apela al papel de Gordon Brown en Escocia.

La inacción política del presidente Mariano Rajoy (PP) y la falta -al menos por ahora- de peso político de Pedro Sánchez (PSOE) ante el reto catalán genera dudas en un sector del PP y no eleva el perfil del socialismo en Cataluña, que fue muy alto tanto con Felipe González como con Pasqual Maragall.

En ausencia de alternativas sólidas --como la de Gordon Brown en Escocia--, la gran capacidad movilizadora del movimiento soberanista de Cataluña se multiplica, advierte el periodista Xavier Vidal-Folch, que apela al papel de Gordon Brown en Escocia.

En el mejor de los casos, según explica en el diario El País, el soberanismo se estancaría, respecto a las elecciones autonómicas anticipadas de 2012. Su 1’78 millones de votantes de entonces (computamos CiU, ERC y el independentismo radical) aumentan solo en 25.000, hasta 1,80 millones de Sí-Sí (con el 96% escrutado ayer), un incremento del 1,4%. Para un censo que subió de 5,4 millones a 6,2 millones de ciudadanos, un aumento del 15%. Si las situaciones fuesen aproximadamente comparables, el soberanismo (la inclusión de Unió en el cálculo se compensa relativamente con la no inclusión de Iniciativa) habría perdido, pues, posiciones relativas. Pero, lo comido por lo servido, si puede aventurarse que la mayoría de los “nuevos censados”, los residentes extranjeros, no afluyeron a las urnas, el retroceso se convertiría en mero estancamiento, concluye Vidal-Folch.

"Parece claro que dentro del soberanismo ha aumentado el independentismo, como consecuencia del decantamiento de Convergència hacia este, en los dos últimos años. El soberanismo se habrá estancado e incluso podría haber retrocedido levemente, pero es más radical, más activo, más omnipresente. Porque apenas hay nada fuera de él", destaca este analista político.

Si de alguna manera el movimiento soberanista se concentra en el próximo Parlamento de Cataluña, puede alcanzar una mayoría, esta vez (a diferencia de 2012) ya decididamente secesionista. "Explícitamente refrendada. Incluso aunque fuera por los pelos, eso dejaría pequeñas las incógnitas de hoy", advierte el mencionado comentarista.