Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre todavía mantienen sus espadas en alto

Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy.
Esperanza Aguirre y Mariano Rajoy.

"Si ponen una gestora en Madrid yo no soy candidata. No pienso dejar la presidencia de Madrid. ¿Pero esto qué es? Tengo ilusión por ser alcaldesa, pero nadie me hace el programa y la lista", dice Aguirre.​

Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre todavía mantienen sus espadas en alto

"Si ponen una gestora en Madrid yo no soy candidata. No pienso dejar la presidencia de Madrid. ¿Pero esto qué es? Tengo ilusión por ser alcaldesa, pero nadie me hace el programa y la lista", dice Aguirre.

Mariano Rajoy, que a veces se hace llamar el PP, ha designado a Esperanza Aguirre y a Cristina Cifuentes como candidatas electorales para Madrid, uno de los feudos del Partido Popular en los últimos años. La primera, presidenta del PP de Madrid, optará a la alcaldía de la capital, mientras que la delegada del Gobierno encabezará la lista a la Comunidad. Envuelto en una campaña de descalificación, Ignacio González no será, pues, candidato autonómico. Pero no se acaba ahí la cosa, porque las espadas siguen en alto. Esperanza Aguirre ya le ha advertido a Rajoy por tierra, mar, aire y Twitter de que no será candidata si tiene que ceder el control del Partido Popular de Madrid. La presidenta del PP en la capital es clara: "no me voy a presentar para que el programa lo hagan otras personas. No soy un monigote". "Que pongan una gestora, y en ese momento que busquen a otro", dice en lo que parece todo un órdago a Rajoy.

Leyese o no a Maquiavelo, parece evidente que Mariano Rajoy sabe que el príncipe se gana el aprecio del pueblo dando grandes ejemplos de su política interna, esto es, premiando o castigando ostentosamente méritos o faltas que se cometan a la vez que difundiendo sus propias acciones. En definitiva, Rajoy –como el príncipe- sabe que adquiere respeto si es decidido, si es un verdadero amigo o enemigo y jamás neutral o dudoso. Los resultados electorales de mayo serán los que quiten o den razón.

La vida da tantas vueltas que Mariano Rajoy terminó por prescindir de su ¿amigo? Alberto Ruiz Gallardón para acabar perdonándole la vida a su adversaria interna Esperanza Aguirre, pero solo un poco, claro. Cristina Cifuentes Ignacio González, por importantes que sean, juegan todavía en ligas distintas.

En las bases del PP tampoco hay unanimidad al respecto, ni siquiera echando mano del Príncipe de Maquiavelo. Los más jóvenes creen que llegó la hora de incorporar al PP políticos del corte de Albert Rivera, mientras que los ‘pata negra’ ven con buenos ojos la vuelta de Esperanza Aguirre, cuyo tirón electoral fue importante en el pasado.

Si las encuestas no fallan estrepitosamente, el paso de dos a cuatro partidos –PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos- también condicionará la gobernanza en Madrid, donde el perfil del PP es muy de derechas y donde la lucha por el centro será reñida. Para batallas así puede tener su sentido la apuesta por buenos gladiadores. Pensando en Rajoy, que es lo que hace Mariano, si ganan AguirreCifuentes su triunfo también será el suyo, y si pierden, su derrota será de Esperanza Aguirre, que para algo quiere ser la presidenta de todo el PP de Madrid. ¿O no? @J_L_Gomez

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