Algunos medios de comunicación se convierten en máquinas de revictimización

Quiosco de prensa.
Quiosco de prensa.

Ojalá no tuviésemos que entrar en los juegos semánticos de los términos víctima, victimar, victimizar, revictimización. Ojalá no existiesen en ningún léxico, pero existen. Veamos su contexto.

Algunos medios de comunicación se convierten en máquinas de revictimización

La Fundación del Español Urgente (www.fundeu.es) es una fundación sin ánimo de lucro creada en febrero del 2005 en Madrid, promovida por la Agencia Efe y patrocinada por BBVA. Tiene como principal objetivo el buen uso del español bajo el  patrocinio y el asesoramiento de la Real Academia Española.

Recientemente dicha institución, publicó un artículo o reseña de interés general, pero que debería ser tomada en consideración especialmente por los juristas, periodistas y comunicadores; esta tiene que ver con el confusión en el empleo de los términos “victimar y victimizar”, ambos utilizados tanto en la esfera legal, pero también en medios de comunicación y prensa.  

Por ejemplo en algunas audiencias de juicio  -lamentablemente- se ha escuchado al fiscal - aunque es irrelevante quien lo diga- decir frases como que “al sospechoso se le acusa de victimizar con arma blanca al dueño del recinto comercial”  y en los medios frases como  “Con la omisión del gobierno se ha marcado un precedente para victimar a las mujeres”.

Aclaraciones

En esto la Fundación aclara que: Victimar significa: “matar o asesinar”, mientras que victimizar es “convertir en víctimas a personas o animales’” y, por lo tanto, ambos términos no deben emplearse indistintamente, pues evidentemente poseen significados distintos y específicos.

Lo adecuado entonces, sería decir: “Al sospechoso se le acusa de victimar con arma blanca…”  -es decir de matar o asesinar- y “En el acto del gobierno se marca un precedente para la victimización” -ya que se refiere a transformar en víctimas-.

Otro término importante que aunque no es usual confundirse, si suele aplicarse en sentido restrictivo u limitado; es el de la revictimización, entendido como el conjunto de hechos en que un individuo es víctima de violencia en dos o más momentos de la vida, por un mismo perpetrador.

 La doctrina y semiótica jurídica, apunta a que una re victimización se da cuando un sujeto es víctima por dos o más veces de una conducta delictiva, pero cuyas experiencias pueden ser separadas en el tiempo y realizadas por parte de al menos dos perpetradores diferentes. Es decir, la persona puede sufrir abuso sexual por parte de un familiar durante la niñez y luego experimentarlo nuevamente durante la vida adulta, cuando el perpetrador es su pareja.

Pero además el término es conocido actualmente como victimización secundaria definido como aquellos sufrimientos que a las víctimas, e incluso los testigos de un delito, les infieren las instituciones, llámense policías, jueces, peritos, criminólogos, funcionarios de instituciones penitenciarias, etcétera, según Medicina Legal de Costa Rica.

Esto ocurre cuando una persona ha sido víctima y posteriormente es maltratada por alguna institución porque: se le niega información, no se le reconoce como víctima, no se cree su declaración o denuncia, no se le escucha con el debido respeto, se le somete a interrogatorios innecesarios o faltos a la dignidad, etcétera.

¿Y los medios?

De igual forma los medios de información y comunicación muchas veces se convierten en máquinas de revictimización, cuando antes de que exista sentencia firme por parte de un juez, ya se han encargado de acopiar sus propias pruebas, y sus propios testigos, anunciando con poco o ningún fundamento legal ni procesal quien es la persona responsable del delito, llamándole en ocasiones delincuente o asesino- obviando que en un proceso no caben tales términos, sino solo imputado o sospechoso, hasta que se pruebe lo contrario- . Esto no solo entorpece el proceso, sino que además genera ideas preconcebidas en el público, suscitando manifestaciones de odio y violencia en personas que quizá sean también víctimas.

Ojalá no tuviésemos que entrar en los juegos semánticos de los términos víctima, victimar, victimizar, revictimización; ojalá no existiesen en  ningún léxico, ¡pero existen!. Comprender sus diferencias son imperiosos para la justicia y el derecho, es decir, para todos.

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