Juan Luis Cebrián sale en defensa del papel del rey Juan Carlos en el 23-F

Juan Luis Cebrián, director fundador y actual presidente de El País.
Juan Luis Cebrián, presidente de Prisa. / El País

"Gato por liebre". Así titula el periodista Juan Luis Cebrián un artículo donde destaca que la muerte de Adolfo Suárez ha dado pábulo a infundios sobre el Rey y el 23-F.

Juan Luis Cebrián sale en defensa del papel del rey Juan Carlos en el 23-F

"La muerte de Adolfo Suárez ha dado pábulo a toda clase de reacciones en el circo de la política. Como era de esperar, muchos de quienes le apuñalaron en vida lloran ahora públicamente su marcha con lágrimas de plañideras. Y cada cual da rienda suelta al particular mercadeo de los diversos productos que quieren vender a los españoles. De modo que el gato por liebre está a la orden del día", escribe Juan Luis Cebrián, el director fundador del diario El País.

"Quienes vivimos el 23-F -escribe Cebrián- y, por unos motivos u otros, estuvimos en contacto aquella noche con el palacio de La Zarzuela y con los responsables políticos y policiales que no se encontraban secuestrados en el Congreso, fuimos testigos de dos hechos a mi juicio irrefutables: el primero, que el golpe triunfó en una primera instancia, avalado por un considerable número de generales con mando en plaza; el segundo, que la actitud del Rey fue decisiva, definitoria, para que los rebeldes depusieran las armas y fueran posteriormente juzgados y condenados".

"Nada de esto, que ahora se comenta con exclamaciones de asombro y atribución de exclusivas periodísticas de primer orden, es nuevo", recuerda Juan Luis Cebrián, que lo explica y razona: "Se ha publicado cientos de veces, está en las memorias de muchos de los protagonistas de aquellos hechos, y el libro de Pilar Urbano, una meritoria colección de anécdotas que lleva a su autora a defender tesis tan fantasiosas y creíbles como las revelaciones de los sabios de Sión, hubiera sido solo uno más de los muchos que se han difundido sobre la materia si los medios a los que me he referido no buscaran la tirada y la audiencia a cualquier precio; aunque sea el de fomentar aún más la desconfianza ante nuestro actual sistema democrático, ya muy castigado por sus propios y considerables defectos sin necesidad de que se le inventen otros".

"Es probable por otra parte -comenta Cebrián- que la acumulación de datos que el libro ofrece haya llegado a marear a su propia recopiladora, como sin duda sucederá a muchos de los lectores. En ningún lado está escrito que más cantidad de información equivalga necesariamente a mejor información, e Internet es por cierto un buen ejemplo de ello. O sea que las falsedades que de ese empacho de datos y confidencias se derivan pueden deberse no tanto a una manipulación como a una notoria incapacidad de análisis. En cualquier caso siguen siendo falsedades".

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