La Infanta Cristina no renuncia a su sucesión dinástica a pesar del clamor

La tozudez de la Infanta Cristina, que se niega a renunciar, está perjudicando seriamente a la Corona española, representada ahora por su hermano, el rey Felipe VI, comenta este autor.

La defensa de la Infanta Cristina presentó esta semana un recurso de apelación contra el acto de apertura del juicio oral. Los abogados de la Infanta lo han presentado directamente en la Audiencia Nacional. Es lo correcto. Afortunadamente, vivimos en un Estado en el que todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Doña Cristina piensa que es inocente de los dos delitos fiscales que se le atribuyen por el caso Noós y hace todo lo que está en su mano para obtener su máximo beneficio. No se engañe: usted y yo hubiéramos hecho lo mismo en su situación.

No seré yo quien defienda a la Corona. Siempre he mantenido que es una institución anacrónica que se mantiene por tradición. Desgraciadamente, los políticos actuales, famosos por su necedad, se empeñan en lo contrario. ¿O alguien en su sano juicio piensa que estos políticos, de cualquier partido, pueden representarnos con un mínimo de decoro en un conflicto con un país extranjero por poner un ejemplo? Los únicos reyes por los que siento simpatía son los Reyes Magos.

Es evidente que desde la Casa Real han insistido en varias ocasiones a doña Cristina para que renuncie a sus derechos dinásticos, pero con el mismo resultado: Caso omiso. Es evidente entonces que doña Cristina confía plenamente en su inocencia, está realmente muy enamorada... o está esperando una contrapartida muy importante a cambio de su renuncia. Y esto sí son temas farragosos. Como todos sabemos solo ella puede renunciar, ni siquiera su hermano Felipe VI, el rey, es capaz de obligar a su hermana a que renuncie.

Es inconcebible que pese a las ínfimas posibilidades que tiene la Infanta para coronarse reina siga insistiendo en no renunciar perjudicando seriamente a la Corona. ¿Es realmente consciente de que ningún español quiere tenerla de reina, ni a ella ni a sus hijos y ni siquiera la acepta como parte de la Familia Real? Si tuviera el más mínimo respeto a lo que ha representado durante tanto años habría renunciado en el primer minuto. Craso error está cometiendo la Infanta con su tozudez. Está perjudicando a su familia, a la institución y en definitiva a la imagen de España. Si algún día llega la República a España, la que será conocida como la República Borbónica, debería nombrar a doña Cristina madrina oficial. Nada ni nadie ha hecho tanto por la República como ella y su familia. Aprovechando que mañana vienen los Reyes Magos, confiemos que le traigan cordura... y si no, carbón.

Piensen. Sean buenos.