El independiente Rui Moreira, alcalde de Oporto, revoluciona la política portuguesa

Rui Moreira en uno de sus mitines de su campaña / susanacustodio.blogspot.com
Rui Moreira en uno de sus mitines de su campaña / susanacustodio.blogspot.com

Con los partidos tradicionales en plena crisis, y sin otros capaces de movilizar un gran número de votantes, las candidaturas independientes se convierten en un fenómeno pujante en Portugal.

El independiente Rui Moreira, alcalde de Oporto, revoluciona la política portuguesa

Rui Moreira es el actual alcalde de Oporto, un político independiente, sin partido ni siglas, que se ha metido a todo Portugal en el bolsillo y ha hecho tambalear a las fuerzas tradicionales. El empresario de 56 años que volvió a su ciudad natal después de negociar por todo el mundo, no se ha convertido solo en el jefe de un gobierno municipal, sino que se ha hecho con la segunda ciudad del país. Oporto es la capital económica e industrial de Portugal y está llamada a encabezar la recuperación del maltratado país ibérico. Es un golpe donde duele al bipartidismo, un golpe de un hombre que se presentó solo, sin toda una estructura partidista detrás, ni una campaña millonaria. “Nosso partido é o Porto” (Oporto, nuestro partido) ese era el eslogan de su campaña para las Autárquicas y caló hondo.

Ahora le toca gobernar al liberal que aunó fuerzas de todos lados, e ideologías, en un movimiento ciudadano sin precedentes en el país lusófono. Todas las miradas están puestas sobre él, las nuevas izquierdas fallaron al intentar ser la fuerza alternativa a los partidos tradicionales y el testigo pasó a este independiente “de verdad” al que le toca culminar unas promesas electorales. Estas pasan por remodelar el centro de Oporto y convertir, con su facilidad para los negocios, fue presidente de la Asociación del Comercio de Oporto durante más de una década, a su ciudad en una capital pujante en Europa y en el mundo. Para conseguir todo eso, él y su partido lo tienen claro, hay que fomentar el turismo y sacar la personalidad que tiene oculta la ciudad del vino más conocido en Inglaterra.

Con un 19% de paro, Moreira apuesta por el hiperlocalismo, Oporto lo es todo, se independiza de Lisboa y del Gobierno Central para poder crecer. Todos los expertos coinciden, es una apuesta segura, “Es un hombre muy de o Oporto” dicen. Muchos ya veían al empresario como una nueva cara para alguno de los partidos tradicionales, pero apostó por ir como independiente en un gesto para su ciudad. Así se ha ganado a sus paisanos, sin unas promesas fuera de lo real y con una campaña muy de barrio. Ahora, todos se preguntan si este hombre de mirada segura, que ha triunfado en todos sus negocios, puede conseguir lo mismo en el terreno político. Moreira toma el gobierno de la Cámara Municipal como el de una empresa, promete no perder el norte y sanear las cuentas. Pero a la vez es ambicioso y tiene muy claro que, como dijo en The New York Times tiempo antes de presentarse a las elecciones: “Oporto es el secreto mejor guardado de Europa” y piensa revelarlo a base de publicidad y mucho, mucho negocio.

Tres meses después

Solo hace tres meses que ganó aquellas Autárquicas, pero para los portugueses ya va siendo hora de que su prometedora campaña empiece a dar sus frutos, aunque saben de sobra que es pronto, es una política a largo plazo. El tren entre Vigo y Oporto es uno de los pocos ejemplos de su política que han cogido algo de vuelo. Para Moreira, las 2 horas y 17 minutos del trayecto de 90 kilómetros son "muchísimo tiempo" y ya negocia para intentar conseguir un AVE que una las dos ciudades, un política ambiciosa.

A parte de este ejemplo la mayoría de titulares sobre él hablan de las vergüenzas de sus rivales que aún debaten si sancionar o no a los políticos que le apoyan o no le ponen muchas trabas. Todos parecen resignarse a que su mandato será un éxito si él quiere y solo esperan a que tropiece. Confían en la máxima que dice que cuanto más alto se sube, más dura es la caída. Hasta el mítico Mario Soares se ha interesado por este hombre de moda y su política.

Solo se verá con el paso del tiempo, pero lo que parece claro es que el futuro de Oporto va ligado al de este cosmopolita portuense “muy de Oporto” y parece que el del país también.

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