I.D. (Identificación) y Football Factory, realismo cinematográfico en la grada

factory1_opt
Captura de la película 'The Football Factory'

Entre centenares de películas que tratan la temática del fútbol, el cine ha conseguido elaborar algunas rarezas muy logradas y que se ajustan al realismo de los aficionados radicales.

I.D. (Identificación) y Football Factory, realismo cinematográfico en la grada

A punto de cumplir 20 años, la película 'I.D. (Identifiación)' es una de esas que, mientras exista el fútbol, será atemporal. A grandes rasgos, el film dirigido por Philip Davis cuenta la historia de un equipo de agentes policiales que tiene la misión de infiltrarse en un grupo de Hooligans, hasta el punto de que uno de ellos (representado por el inconmensurable Reece Dinsdale) comienza a identificarse tanto con los hinchas que llega a padecer su particular síndrome de Estocolmo y pasa a convertirse en un fanático más.

 

Se trata de un ejercicio de realismo que refleja los entresijos de las relaciones sociales en este peculiar mundo como es el de las gradas, a la vez que supone un alegato contra la violencia en este tipo de organizaciones.

 

En cuanto a realismo se refiere, la película 'I.D. (Identificación)' tiene en otra producción cinematográfica una digna sucesora. Se trata de  'The Football Factory', dirigida en 2004 por Nick Love. Con un perfil mucho más actualizado y grandes dosis de humor, esta última es mucho más fácil de ver para un público generalista. La película fue tan respetada entre los colectivos de hinchas de todo el mundo que, incluso, el protagonista de la historia, Danny Dyer, realizó posteriormente la que hasta el momento es la mejor serie documental ('Football Hooligans International') sobre esta temática, adentrándose entre radicales futboleros de todo el mundo, no sin sustos e imprevistos.

 

En el universo cinematográfico son cientos los trabajos que tratan la temática del fútbol, pero no tantos los que se centran en el mundo de las gradas y menos aún los que lo consiguen hacer de forma digna, como los títulos que hemos nombrado anteriormente y otros con carga dramática como Green Street Hoolingans, de Lexi Alexander. Todos ellos suponen un buen documento y seguramente harán las delicias de muchos aficionados que aún no hayan tenido la oportunidad de verlos.

 

En el polo opuesto encontramos propuestas tan nefastas como la película española 'Diario de un skin', una adaptación del libro de Antonio Salas y que está dirigida por Jacobo Rispa. De principio a fin, no es más que un chiste audiovisual que provoca vergüenza ajena a quienes, de uno u otro modo, somos amantes de las gradas.

 

Además de recomendar las obras citadas anteriormente, en esta columna también pretendo animar a los aficionados a que retomen las viajas costumbres, acudan a los estadios y vivan experiencias viajando con sus equipos, siempre desde la cordura.

 

Comentarios