El Gobierno consiente que la autopista siga burlándose de los usuarios

Autopista. /  Mundiario
Retenciones en la autopista A-9. / Mundiario

La situación llega al extremo de que sus peajes son calificados como puntos conflictivos por Tráfico, que alerta en Teo y Cecebre, y en las salidas de A Coruña, Curro, Ferrol y Santiago.

El Gobierno consiente que la autopista siga burlándose de los usuarios

La situación llega al extremo de que sus peajes son calificados como puntos conflictivos por Tráfico, que alerta en Teo y Cecebre, y en las salidas de A Coruña, Curro, Ferrol y Santiago.

El Gobierno consiente que la autopista siga burlándose de los usuarios. Así, el puente vuelve a dejar colapsos en la autopista AP-9, cuyos responsables siguen campando a sus anchas. En la salida de Vigo se registraron hasta nueve kilometros de retenciones y hubo colas también en los peajes de Sigüeiro y Teo, ambos próximos a Santiago de Compostela. Durante días y días se ha visto la misma escena, retratada por la edición Galicia de MUNDIARIO.

La situación llega al extremo de que los peajes de la AP-9 son calificados como puntos conflictivos por Tráfico, que alerta sobre colas en Teo y Cecebre, y en las salidas de A Coruña, Curro, Ferrol y Santiago.

Audasa, que exprime Galicia con suculentas recaudaciones en sus peajes, sigue tutelada por el Ministerio de Fomento, cuya titular es la ministra gallega Ana Pastor, que no resuelve el problema puntual ni ofrece alternativas.

A la ministra no le parece que haya marco legal para transferir la competencia de la autopista a la Xunta de Galicia -no opina lo mismo, por ejemplo, el alcalde de Santiago, Agustín Hernández, ex conselleiro-, pero lo cierto es que su ministerio ya cambió la ley en el 2010 para ceder a Cataluña un tramo de la N-II. Esa normativa prevé que se puedan realizar traspasos de mutuo acuerdo, y, en el caso catalán, que la ruta fuera de interés general no fue un obstáculo, según revela también el diario La Voz de Galicia.

Mientras, Audasa recorta plantilla y gasto en la AP-9, pese a sus beneficios. La subida en los peajes permite elevar la recaudación de la concesionaria, que recortó su plantilla en 100 trabajadores durante la crisis, y compensar un nuevo descenso de tráfico.

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