¿Es imposible que España resuelva con dignidad el caso del cámara José Couso?

El cámara José Couso.
El cámara José Couso.

José Couso Permuy fue un reportero que murió durante la invasión de Irak de 2003 a causa de los disparos de un carro de combate estadounidense contra el Hotel Palestine.

¿Es imposible que España resuelva con dignidad el caso del cámara José Couso?

José Couso Permuy fue un reportero que murió durante la invasión de Irak de 2003 a causa de los disparos de un carro de combate estadounidense contra el Hotel Palestine.

¡Ingenuo de mi…! En la capital imperial bien que se acordaban de José… Pero no fue nuestro gran Mariano el que lo hizo. No, que va… fue el emperador Obama, me imagino que a través de sus lacayos, quien recordó a Rajoy que había a España un caso judicial abierto que no le gustaba nada de nada… ¡Hay allí tres militares estadounidenses procesados por presuntos crímenes de guerra y contra la humanidad…! ¡Qué desfachatez!

Fue entonces que el comandante supremo Barak ordenó a su fiel y subordinado súbdito que terminase definitivamente con aquel molesto caso. Y Mariano, en el primer tiempo del saludo—no en vano venía del cementerio militar de Arlington—, dando un taconazo, dijo algo parecido a aquello de: “Si bwana…, a sus órdenes…”

Y a poco de su regreso a España, el recién bautizado “gran líder” Mariano Rajoy  encargó a su ministro de (In)Justicia?, nuestro nunca bien ponderado señor “Gallardín”, que sacase una ley orgánica de tapadillo que diese carpetazo definitivo a los molestos casos que tanto desagradan por ahí fuera… Me refiero fundamentalmente a los Estados Unidos de Norteamérica y a la República Popular China… Qué paradoja, ¿no?

El Partido Popular, que presume de ser el gran defensor de la vida, de la justicia, del patriotismo, … y de tantas otras cosas, va dejando tras sí, a jirones, esos principios que dicen defender…  Recuerdo que en cierta ocasión, el señor Aznar se atrevió a decir de mi familia que éramos poco patriotas… Y yo me pregunto: ¿son patriotas los que ahora quieren hacer dejadez de los derechos jurídicos de los ciudadanos españoles ante las exigencias de las potencias extranjeras…?  Creo que es una traición, una debilidad y un gran servilismo…¡Qué inmensa vergüenza de país…!

Por ello me dirijo a usted, señor Gallardón, que se jacta de ser el gran defensor de los no nacidos, pero al que le importa un bledo que se haga justicia a los que, vivos, se convirtieron y se convertirán en víctimas de flagrantes quebrantamientos del Derecho Internacional Humanitario y de la Guerra, y cuyos tratados están incorporados al cuerpo legal de nuestro país, según el Tribunal Supremo…

Me dirijo también al ministro del Interior, señor Fernández Díaz, tan “fiel obrero” militante de la Obra de Dios, al que parece importarle un bledo que no se haga justicia con los cuatro sacerdotes españoles asesinados en la República de El Salvador… ¿Quizás porque eran jesuitas, vascos y tal vez “rojos”…?

Me dirijo al resto de los miembros del gabinete, que impedirán que los genocidas chinos puedan sentarse en el banquillo de los acusados… El adversario ideológico, si se convierte al capitalismo, tiene bula… e impunidad…

Consagración de la impunidad ante los crímenes en el extranjero

Me dirijo a usted, doña Elvira Fernández, esposa de nuestro “amado líder”, economista y antigua trabajadora de la Cadena de TV Antena 3… y le digo: “Imagine usted que, en el futuro, uno de sus hijos, Juan o Mariano, cuyas fotografías me mostraba amorosamente su padre durante una de mis entrevistas con él, se hiciese periodista, estuviese destacado en un país extranjero, se alojase en el hotel indicado por los militares estadounidenses, para su seguridad,  y que un disparo de cañón de estos matase a uno de ellos…

Seguramente usted exigiría que se hiciese justicia… pero aquí, en España, le dirían: “No podemos investigar judicialmente porque su marido hizo una Ley para que no se aplicase aquí la Justicia Universal…. Los norteamericanos son impunes…pueden matar sin rendir cuentas.

¿Qué pensaría entonces usted, doña Viri?

Estas mismas preguntas, por extensión, se las hago a las esposas y madres de los ministros de este gobierno tan pro-vida, tan justiciero y tan patriota…

Me dirijo también a la conciencia de los diputados y diputadas del Partido Popular, muchos de los cuales son padres de familia y podrían perder hijos en similares circunstancias a las descritas… ¿Serían ustedes capaces de votar una ley que privase de Justicia a sus propios vástagos o a otros compatriotas, si estos fuesen asesinados en el extranjero, y no se pudiese perseguir judicialmente en nuestro país a los asesinos…? Yo apelo a sus sentimientos de patriotismo y de justicia universal…. No pueden ustedes ser capaces de recortar el derecho a que se haga justicia a sus conciudadanos porque los intereses económicos, políticos y sociales de otros países se nos impongan… No pueden ustedes apretar un botón porque lo digan sus dirigentes y los interese económicos de otros. Sería, sencillamente, la consagración de la impunidad y una inmoralidad indescriptible…

Si lo hace, saldrá completamente gratis que maten a los periodistas españoles, o a otros compatriotas, en el extranjero… y es para preguntarse: ¿En qué país vivimos? ¿Señores jueces y magistrados, serán ustedes capaces de no oponerse ante tamaña injusticia? Entonces estarán ustedes podridos…

Si ustedes, señores diputados, no fuesen capaces de impedir este injusto disparate jurídico y moral, dudo mucho que ni Santa Teresa, ni la Virgen del Rocío, ni toda la corte celestial, a la que tanto invocan los ministros de su partido en el Gobierno, pudieran perdonarles durante el resto de sus vidas. Estarán ustedes absolutamente putrefactos...  Mi familia y yo, por supuesto, no les perdonaremos jamás… aunque a ustedes les importe un bledo…

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