La escritura de un Rey: el nuevo estilo de Felipe VI también se refleja en su grafía

Firmas de Felipe VI, Juan Carlos I y don Juan de Borbón.
Firmas de Felipe VI, Juan Carlos I y don Juan de Borbón.

En exclusiva para MUNDIARIO, nuestro especialista en la materia descubre los rasgos más destacados de la personalidad del nuevo Rey y sus diferencias con su padre y su abuelo.

La escritura de un Rey: el nuevo estilo de Felipe VI también se refleja en su grafía

En exclusiva para MUNDIARIO, descubrimos los rasgos más destacados de la personalidad del nuevo Rey y sus diferencias con su padre y su abuelo.

 

Un elemento que no puede pasar desapercibido al analizar la firma de Don Felipe, cuando era niño, es el trazo final de rúbrica agudo y a la izquierda. Ello denota una marcada disconformidad con el entorno familiar. También comprobamos que esa disconformidad en la edad adulta se ha ido diluyendo en parte y convertido en una sola línea.

Otro rasgo evolutivo es la unión entre grafemas, que simboliza la capacidad lógica del sujeto. De este modo, los grafemas correspondientes a la firma, se realizan ligados y se unen a la rúbrica final, potenciando la preeminencia de la lógica sobre la intuición en sus procesos racionales. Esta circunstancia también se ve reflejada en la “A” realizada en un solo trazo.

La introversión natural del individuo (grafemas invertidos) han ido evolucionando hacia grafemas más centrados e incluso inclinados a la derecha, lo que demuestra el esfuerzo del individuo para mostrarse más abierto y extrovertido cuando las circunstancias así lo requieran.

Se aprecia también una gran capacidad analítica e interés por la calidad. De este modo, se observa un segundo travesaño en la “t”, propia de los que se preocupan por verificar continuamente sus actuaciones, para que las cosas salgan bien.

Se trata de una persona observadora (“C” cerrada arriba), con un continúo interés por seguir formándose y aprender siempre nuevas cosas nuevas (acento en forma horizontal), con gran inquietud intelectual.

Frente a los grafemas hacia abajo de su padre y su abuelo, propios del interés por los aspectos más materiales, el nuevo Rey es mucho más idealista y generoso (grafemas extendidos). Carece, eso sí, de la capacidad diplomática y comercial de su padre, que cierra los óvalos por abajo con rapidez. Sin embargo, defiende sus ideas con vehemencia, como indican las dos lanzas superiores e inferiores que forman su rúbrica.

 

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