España crece con carencias pero acumula ocho trimestres consecutivos en positivo

Mariano Rajoy. / Mundiario
Mariano Rajoy. / Mundiario

La cercanía de las elecciones dificulta el análisis riguroso y se presta para los titulares de brocha gorda, tanto desde el Gobierno, que defiende su controvertido modelo, como desde la Oposición.

España crece con carencias pero acumula ocho trimestres consecutivos en positivo

La cercanía de las elecciones dificulta el análisis riguroso y se presta para los titulares de brocha gorda, tanto desde el Gobierno, que defiende su controvertido modelo, como desde la Oposición.

 

El modelo de crecimiento español es cuestionable por su composición sectorial y puede que no sea sostenible, pero eso tampoco es incompatible con reconocer –y valorar- su crecimiento, máxime cuando el ritmo al que lo hace es el mayor de los registrados en ocho años.

España lleva ocho trimestres consecutivos con crecimiento, la recesión queda cada vez más lejos y en ciertos ambientes –más políticos que económicos- se desata el optimismo. Sea como sea, lo cierto es que el Producto Interior Bruto (PIB) aumentó en el segundo trimestre un 1%.

La proximidad de las elecciones generales dificulta los análisis rigurosos y, por el contrario, se presta para los titulares de brocha gorda, tanto desde el Gobierno, que defiende su controvertido modelo productivo, como desde la Oposición, que se niega a reconocer cualquier mérito al equipo de Mariano Rajoy, que tuvo una primera mitad de legislatura de recesión y una segunda de cierta recuperación.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) acredita un crecimiento del 1% en el segundo trimestre del año con respecto al primero, la tasa más alta desde finales de 2007, justo antes de que comenzase la crisis. Aunque mucha gente no lo note, debido a la desigualdad, las estadísticas dicen que el consumo familiar es el motor del crecimiento español.

Para salir de la crisis realmente falta mucho, al menos si se entiende por salir de la crisis recomponer el mercado de empleo. A pesar de los avances que se observan –casi medio millón de puestos de trabajo en un año-, España sigue estando peor que cuando el PP llegó al poder. Y no solo porque se gana menos y la precariedad acusa las consecuencias de la reforma laboral, sino también por el número de empleos a tiempo completo.

La devaluación del euro, la rebaja del precio del petróleo y la caída de los tipos de interés son factores que tienen mucho que ver con esta recuperación, pero no son los únicos. También van bien el consumo familiar, el gasto público –a costa de una deuda que se dispara-, las exportaciones y la inversión. Pero desde la Oposición política y los sindicatos afean esta foto que anima al Gobierno. “Sus reformas sólo han conseguido que se cree empleo de baja calidad con salarios reducidos, pero no mejoraron las bases productivas ni el bienestar de la mayoría de la población”, denuncia UGT.

Los empresarios, cuyas rentas aumentan con esta política económica, están al lado del Gobierno del PP. Según la CEOE, el patrón de crecimiento es “más equilibrado” y sobresale, por el lado de la demanda, el comportamiento “positivo” de la inversión empresarial mientras que, por el lado de la oferta, resalta “la fortaleza” de la actividad industrial. “Todo ello en un contexto de ausencia de tensiones inflacionistas y de corrección del desequilibrio exterior”, precisa la patronal.

También desde fuera reparan en la marcha de España, que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), está experimentando “un notable repunte” de la actividad económica, “gracias a la sólida aplicación de políticas económicas y a las condiciones externas favorables”. Pero el examen anual del FMI tiene sus reservas: “Para mantener un crecimiento generador de empleo a mediano plazo se requerirán esfuerzos de política económica adicionales”, advierte en un comunicado. Se refiere con ello a mercado laboral, la deuda de hogares y empresas y la propia deuda pública. @J_L_Gomez

 

El problema de la deuda
La deuda pública es ya el ingreso más relevante del presupuesto estatal, según el catedrático y columnista de MUNDIARIO Xaquín Álvarez Corbacho, cuya conclusión es evidente: “Financiar las amortizaciones con más deuda significa no reducir la deuda existente, sino aumentarla si los otros saldos son negativos como es el caso.” Los intereses (costes de la deuda) son 33.514 millones en 2016, cifra que supera ya el coste del personal (16.838 millones) e inversiones a realizar en el ejercicio  (12.416 millones).

 

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