El dueño de Amazon compra 'The Washington Post', que hizo caer a Nixon en 1974

La caída de Nixon fue propiciada por las informaciones de The Washington Post, en 1974.
Agosto de 1974: La caída de Nixon fue propiciada por las informaciones de The Washington Post.

Justo el mismo mes de la caída de Nixon -agosto de 1974-, motivada por el 'Post', cae la familia propietaria del influyente diario de la capital de Estados Unidos.

El dueño de Amazon compra 'The Washington Post', que hizo caer a Nixon en 1974

The Washington Post Company anunció la venta de su principal diario, The Washington Post, al dueño de Amazon, Jeff Bezos, quien hace la compra a título personal. Llega un emergente de Internet y se va una familia, la Graham, que ha editado el prestigioso diario de la capital de Estados Unidos durante cuatro generaciones. Fundado en 1877, en su haber está el escándalo Watergate, que acabó con la dimisión del presidente Richard Nixon en agosto de 1974, hace justo ahora 39 años.

Jeff Bezos, al que sus negocios de internet han convertido en uno de los empresarios más ricos del mundo, pagará 250 millones de dólares. Anunció cambios a sus trabajadores, a los que tranquilizó con un mensaje que, al menos de entrada, suena bien: el deber de este diario es para con los lectores, no sus propietarios.

The Washington Post, cuya plantilla ya fue recortada hasta dejarla en unos 2.000 empleados, no es ajeno a la crisis de los medios impresos, lo cual le ha afectado mucho en sus ingresos, básicamente por menos facturación en publicidad y ventas. De momento, la hasta ahora editora del diario, Katherine Weymouth, mantendrá su puesto. También seguirá Martin Baron, director ejecutivo.

Jeffrey Preston Bezos nació el 12 de enero de 1964 en Albuquerque, Nuevo México. Tenía, por tanto, 10 años cuando The Washington Post hizo caer al republicano Richard Nixon. Estudió informática y se hizo de oro con el portal Amazon, que fundó con medios escasos y al que hizo crecer muy rápido. Hoy es uno de los hombres más ricos de Estados Unidos y puede permitirse el lujo de comprar un periódico del pasado, con una cabecera, eso sí, de mucho prestigio para el futuro.

 

 

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