El diario 'El País' denuncia la existencia de una policía política en España

Jorge Fernández Díez, ministro del Interior del Gobierno de España.
Jorge Fernández Díez, ministro del Interior del Gobierno de España.

Bajo el título Policías fuera de control, el diario de Prisa publica un editorial en el que argumenta que el ministro del Interior tiene que explicar el 'caso Villarejo' o hacerse responsable de su actuación.

El diario 'El País' denuncia la existencia de una policía política en España

Bajo el título Policías fuera de control, el diario de Prisa publica un editorial en el que argumenta que el ministro del Interior tiene que explicar el 'caso Villarejo' o hacerse responsable de su actuación.

 

El diario El País denuncia en un editorial la existencia de una policía política en España. Bajo el título Policías fuera de control, el diario El País publica un editorial en el que argumenta que el ministro del Interior tiene que explicar el 'caso Villarejo' o hacerse responsable de su actuación. El comisario José Manuel Villarejo, uno de los del controvertido ‘caso González’, tiene 12 negocios millonarios, según el diario de Prisa.

"La existencia de grupos en la sombra dentro de las fuerzas policiales -señala este periódico- es motivo de escándalo en otras democracias. La diferencia sustancial es la respuesta de las instituciones. En un Estado europeo serio se persigue y depura a los policías que actúan por su cuenta o derivan en partidas de la porra. Lo que no puede nunca hacer una democracia es vivir bajo la sospecha de que sus fuerzas policiales actúan fuera de control."

Pedro Sánchez, líder del PSOE, ya ha reclamado una investigación interna "para saber exactamente cuáles son los vínculos de este comisario con el señor González y sobre todo esclarecer, por el buen nombre de la Policía Nacional todas las dudas", sobre todo, ha incidido las suscitadas después de escuchar la grabación que hizo a Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid, del PP.

 

Explicaciones urgentes

Según El País, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, debe explicaciones urgentes sobre actuaciones de policías que parecen claramente irregulares. La grabación del encuentro de dos comisarios con Ignacio González en un lugar público, cuando éste era vicepresidente de la Comunidad de Madrid, ha permanecido en la sombra más de tres años hasta su difusión (parcial) en medio de una batalla interna del PP. Según este diario, el ministro tiene que aclarar para quién trabajan esos policías, a quién representan y a quién reportan, puesto que parecen actuar al margen de los órganos regulares del Estado de derecho.

El País desvela este martes que el comisario José Manuel Villarejo, uno de los policías vinculados con casos políticos —entre ellos el que afecta a Ignacio González—, participa en una docena de empresas con más de 16 millones de capital. Su nombre aparece vinculado a varios sumarios judiciales, en unos casos como investigador de la policía y en otros como contratado por un particular para realizar trabajos de diversa índole. Para el diario de Prisa, personas a las que la sociedad dota del poder de usar placa y pistola no pueden hacer lo que les viene en gana, investigando a quien les parece y en medio de una inquietante confusión entre actividad pública y privada.

Un "agente encubierto"

Según El País, lo más asombroso es que la cascada de irregularidades no ha causado más reacción del ministro que la de quitarse de en medio, alegando que el encuentro de Ignacio González con Villarejo y otro comisario se llevó a cabo antes de que él llegara al Gobierno. Siendo verdad, no lo es menos que han transcurrido más de tres años sin que a Fernández Díaz se le haya movido un músculo. El ministerio tampoco tiene nada que decir sobre las empresas de Villarejo, un comisario que se autocalifica de “agente encubierto”. No menos silente se muestra el propio director de la policía, Ignacio Cosidó, quien, como diputado en la oposición, clamaba contra el descontrol policial y el uso de las fuerzas de seguridad en el caso Faisán.

Tampoco es ocioso recordar -advierte El País en su editorial- que Jorge Fernández estaba a cargo de las fuerzas de seguridad del Estado cuando se realizaron y difundieron informes sin firma sobre prácticas corruptas y cuentas en Suiza atribuidas a Artur Mas y otros políticos nacionalistas. Todo ello claramente destinado a debilitar a Mas tras consumar su giro independentista.

Una policía política en España
La policía -alerta El País- no puede ser utilizada para operaciones sucias, ni en el PP de Madrid ni contra el independentismo catalán: "El ministro tiene la obligación de aclarar todo lo que pueda manchar la buena imagen de las fuerzas de seguridad ante los ciudadanos. Y si es él quien ha organizado o permitido una policía política, el ministro debe hacerse responsable de las actuaciones de sus subordinados y asumir las consecuencias."
Según El País, Jorge Fernández Díaz ha tratado de forzar la máquina para obtener la ampliación legal de una serie de poderes policiales, entre ellos la capacidad de practicar escuchas telefónicas sin permiso judicial. El caso Villarejo y otros escándalos, a los que el Gobierno tarda en reaccionar, destruyen su credibilidad para pedir a la sociedad y a sus representantes que den cobertura a semejante pretensión, concluye el diario de Prisa.

 

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