Tras la derrota de Madrid 2020, arriba el ánimo, pero aprendiendo la lección

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España.
Mariano Rajoy, presidente del Gobierno de España.

El primer ministro japonés se abonó al concepto de “fortaleza económica” y todos le creyeron. No se puede leer en un foro así, ni menos fanfarronear con datos cuando no estamos para tirar cohetes.

Tras la derrota de Madrid 2020, arriba el ánimo, pero aprendiendo la lección

La decisión del Comité Olímpico Internacional de designar a Tokyo como ciudad olímpica en 2020 y situar a Madrid como la candidatura perdedora abre un debate muy interesante y constructivo de cara al futuro.

a)    Las autoridades españolas confundieron deseos con realidades. O sea, pensaban que aquello que buscamos o demandábamos tenía que convertirse en realidad, como si de un axioma se tratara. Planteamiento que, como se ha visto, no es, ni fue lógico, ni coherente, ni riguroso. En suma, un craso error.

b)    No se dieron cuenta que España está señalada internacionalmente como una “realidad compleja”, y con “escasa credibilidad”. Lo es porque su economía está en crisis y porque no se han disipado las dudas sobre la participación del partido gobernante en la  financiación irregular y en los casos de corrupción.

c)    No fue una candidatura humilde. Se basó en afirmar que se tenía todo hecho; que nos bastamos por nosotros mismos y que contábamos con los mejores deportistas. Fue una estrategia garrafal.

d)    No contábamos como estandartes con deportistas de alto nivel y reconocimiento internacional al frente de la delegación. Me acuerdo que cuando Londres presentaba su oferta, la lideraba Sir Sebastian Coe, medallista y referente mundial. Fuera de España nadie conocía al presidente del CO español y a su equipo profesional.

e)    El sub-lema era malo: “Madrid lo necesita”. Las otras ciudades señalaban algo menos personal, individual y egoísta. Istambul hablaba de unir continentes. Tokyo subrayaba fortaleza, creatividad, tecnología y seguridad. Nosotros, con Ana Botella a la cabeza, insistíamos en el placer de  “tomar un café con leche en el Madrid de los Austrias” o  a “nuestra capacidad de divertirnos”. Vale para un anuncio en España, pero no para el mundo.

Por tanto, sirvan estas reflexiones para enmarcar las siguientes preguntas: ¿dónde estuvo la diplomacia española? ¿y las alianzas empresariales a nivel internacional?. En suma, un deterioro de la marca-país; y eso que tenemos un secretario de Estado para ello. Por cierto, ¿dónde estaba?.

Dejo para el final la intervención del Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Creo, y aquí todo el mundo coincide, que no se puede leer en un foro como este, ni menos fanfarronear con datos económicos cuando no estamos para tirar cohetes. El primer ministro japonés se abonó al concepto de “fortaleza económica” (sólo dos palabras) y todos le creyeron. 

A nosotros, solo nos creyeron 26 de los 94 miembros. O sea una buena lección de humildad, pero arriba el ánimo.

Comentarios