El conductor del tren accidentado admite que tomó la curva a 190 kilómetros por hora

En la zona la velocidad estaba limitada a 80 kilómetros por hora, de ahí que se crea que la alta velocidad puede ser la causa de este terrible accidente con 78 muertos y 141 heridos.
Uno de los maquinistas del tren Alvia que descarriló ayer en Santiago de Compostela, causando 78 muertos y 141 heridos, quedó atrapado tras el accidente en la cabina del convoy. El conductor dijo que el tren había tomado la curva a 190 kilómetros por hora; después habló de 200, pero luego, al entrar en la curva, volvió a decir: "¡Voy a 190!", según explicaron ayer al diario El País fuentes de la investigación.
A través de la radio con la que se comunica con la estación, cuando aún no sabía siquiera si había fallecidos, hizo un relato de lo que acababa de suceder. Expresó que le dolía la espalda y las costillas y que no podía salir. “¡Somos humanos! ¡Somos humanos!”, repetía. “Espero que no haya muertos porque caerán sobre mi conciencia”, añadió.
En esa zona del siniestro las señales ferroviarias no permiten sobrepasar los 80 kilómetros por hora, pero el conductor no precisó por qué el tren circulaba al doble de esa velocidad.
Si se trató de un fallo técnico o de un fallo humano es algo que tendrá aún que determinarse en la investigación de las causas del siniestro. Pero, a tenor de lo expuesto por el conductor, el tren, que venía de circular a una gran velocidad —superando los 200 kilómetros por hora—, no frenó lo suficiente y duplicó la velocidad permitida en una curva muy complicada y muy cerrada. Fue justo en ese lugar y en ese momento cuando el tren acabó descarrilando y provocando decenas de muertos, según explica El País. Este periódico también publica una infografía que explica lo sucedido de manera muy clara.
El Tribunal Superior de Justicia de Galicia informó de que, de las 78 víctimas confirmadas, 73 han sido localizadas en el lugar del accidente, mientras que otras cuatro han fallecido en los hospitales a los que habían sido trasladadas.