Centenario del uso a gran escala y por vez primera de armas químicas en combate

Ypres (Bélgica), en 1915. / Handout photo, The Canadian Press
Ypres (Bélgica), en 1915. / Handout photo, The Canadian Press

Los acontecimientos de 1915 en Ypres deberían ser un recuerdo, pero la verdad es que seguimos haciendo frente a los efectos inhumanos e indiscriminados de las armas químicas.

Centenario del uso a gran escala y por vez primera de armas químicas en combate

Los acontecimientos de 1915 en Ypres deberían ser un recuerdo, pero la verdad es que seguimos haciendo frente a los efectos inhumanos e indiscriminados de las armas químicas.

Estamos ya cerca del Día de Conmemoración de todas las Víctimas de la Guerra Química, el 29 de abril, que este año es más importante que nunca porque se cumple el centenario de la utilización a gran escala y por vez primera de armas químicas en combate.

Los acontecimientos de 1915 en Ypres (Bélgica) deberían ser un recuerdo lejano, pero la verdad es que hoy en día, por más espantoso que sea, seguimos haciendo frente a los efectos inhumanos e indiscriminados de las armas químicas. A cien años de que se usara el cloro gaseoso como arma de guerra en Ypres, estas armas tan horrorosas siguen amenazando a la humanidad.

Es indignante que transcurridos 90 años desde la firma del Protocolo de Ginebra de 1925 y casi 20 años desde la entrada en vigor de la Convención sobre las Armas Químicas, la lista de aquellos a quienes rendimos homenaje en este Día cada vez sea más larga. Hemos aprendido muy poco del pasado, a expensas de personas inocentes cuyas vidas han sido destruidas por ataques químicos.

Hace apenas dos años, los informes sobre el uso de armas químicas en Siria sirvieron como una alarmante llamada de advertencia para la comunidad internacional acerca de la amenaza que siguen planteando estas armas inhumanas. Las terribles imágenes de las víctimas de armas químicas de Siria deberían seguir atormentándonos a todos.

La iniciativa multinacional para eliminar el programa de armas químicas de Siria demostró claramente lo que puede conseguirse cuando la comunidad internacional actúa unida. Ya se han retirado o destruido prácticamente todos los materiales relacionados con armas químicas en Siria y ya han comenzado a desmantelarse las instalaciones de producción de armas químicas que quedaban en el país, lo cual constituye un momento brillante en un conflicto que, por lo demás, es devastador y debe finalizar urgentemente por el bien de la población nacional, la región y nuestro mundo.

Los últimos informes sobre el supuesto uso continuado de sustancias químicas tóxicas como arma en el conflicto sirio son extremadamente preocupantes. Condeno enérgicamente su utilización por cualquier parte en el conflicto, pido que los autores de estos actos sean llevados ante la justicia y reitero que el uso de armas químicas en cualquier circunstancia constituye una grave violación del Protocolo de 1925 y de otras normas consuetudinarias de derecho internacional pertinentes.

En este trágico centenario, destaco de nuevo la importancia de la Convención sobre las Armas Químicas e insto firmemente a los pocos países que todavía no se han inscrito en este marco a que se adhieran a él sin demora. Hasta que todos los países sean partes deberemos seguir ejerciendo una vigilancia conjunta.

Labremos un nuevo futuro
No existe un modo más significativo de honrar a las víctimas de la guerra química y de garantizar que la humanidad se libra para siempre de la nefasta amenaza que supone el uso de armas químicas. En este Día de Conmemoración, no nos limitemos a recordar el pasado: labremos un nuevo futuro renovando nuestro compromiso de hacer desaparecer las armas químicas y otras armas de destrucción en masa de la faz de la tierra.

 

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