MUNDIARIO anticipó los dos perfiles reales de Rosario Porto y Alfonso Basterra

Rosario Porto y Alfonso Basterra.
Rosario Porto y Alfonso Basterra.

El criminólogo y colaborador de este periódico Luis Alamancos escribió perfiles ajustados a la realidad, lejos de las leyendas urbanas que otros medios divulgaron de los padres de Asunta.

MUNDIARIO anticipó los dos perfiles reales de Rosario Porto y Alfonso Basterra

Mucho se ha escrito sobre la personalidad de los imputados en el llamado “Caso Asunta”. De Rosario Porto, la madre de la niña, se dijo desde el principio que su perfil correspondía al de una profesional de éxito, con cierto glamour, segura de sí misma e independiente. También algo frívola y altiva, como cuando se mostraron las imágenes  donde aparecía fumando tan tranquila en el porche de su casa de Teo, riendo a carcajadas.

Su marido, por el contrario, ofrecía sobre el papel un perfil totalmente opuesto. Cabizbajo, con escasos recursos, dependiente… Muchos creían ver al típico conyugue manipulado por su ex pareja, que acaba viéndose inmerso en un turbio asunto movido por su falta de carácter y dependencia afectiva.

Los roles parecían definidos, incluso en medios supuestamente serios, de ahí la sorpresa que se llevó una gran parte de la opinión pública cuando salieron a la luz las conversaciones mantenidas por Alfonso Basterra y Charo Porto, en los calabozos de la Guardía Civil en Lonzas (A Coruña), después de ser detenidos.

El otrora sumiso ex esposo, dirigía, organizaba, controlaba y mitigaba los miedos de su ex compañera. Frente a las dudas, temores y vacilaciones de Rosario Porto, se erguía otra figura, que nos costaría identificar con el estereotipo asignado a Alfonso Basterra. La persona que se encontraba con la madre de Asunta, dominaba totalmente la escena.

Sin embargo, desde MUNDIARIO se dio la clave en su día. Fue gracias a Luis Alamancos, criminólogo y criminalista forense. Perito judicial, especialista en grafoanálisis, pericia caligráfica y documentoscopia por la Universidad Autónoma de Barcelona, dirige el Gabinete Pericial INPEVAL y colabora en MUNDIARIO.

En un análisis grafopsicológico riguroso de la grafía de Rosario Porto, los lectores de este periódico pudieron observar como algunos aspectos de su personalidad no casaban con la imagen ofrecida hasta el momento. Lejos de ambigüedades y elementos más o menos obvios, este dato, por ejemplo, resulta de un interés criminológico indudable: “No obstante -se decía- es muy interesante la forma en que se realiza el número 1, que forma casi un triángulo. Esto indica un alto grado de dependencia en el escribiente y poca capacidad de iniciativa”.

También alertó MUNDIARIO sobre algunas interpretaciones sensacionalistas y carentes de sentido, como atribuir a la firma de Rosario Porto un componente sectario en forma de código alfanumérico, tal y como algunos medios recogieron, basándose en la opinión de profesionales de dudoso prestigio.

Lejos de eso, la letra y firma de Charo Porto mostraban a una persona con dificultad para controlar sus impulsos inconscientes y cierto desequilibrio psicológico.

MUNDIARIO también fue el primer medio en analizar la firma de Alfonso Basterra, donde además de los componentes de agresividad y espíritu conflictivo, también se ponía de manifiesto su carácter práctico y con menos escrúpulos que la norma a la hora de conseguir sus objetivos materiales.  Su objetividad y reflexión, así como su control emocional, también se puso de manifiesto en las grabaciones policiales, realizadas con autorización judicial y que fueron hechas públicas recientemente.

 

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