La capital mexicana dejará de llamarse DF para denominarse Ciudad de México

Ciudad de México.
Ciudad de México.

La capital de México, el  DF, tiene los días contados. El Senado mexicano aprobó por 88 votos a favor y 27 en contra el cambio de nombre por el de Ciudad de México.

La capital mexicana dejará de llamarse DF para denominarse Ciudad de México

La capital de México, el  DF, tiene los días contados. El Senado mexicano aprobó por 88 votos a favor y 27 en contra el cambio de nombre por el de Ciudad de México. 

 

El nuevo estado, que será el número 32 de la Federación, tendrá un gobernador y se mantendrá como sede de los poderes de la Unión y capital del país. Contará, además, con un Congreso local y una Constitución política propia.

Esta difícil decisión tiene como objetivo mejorar la autonomía de la capital, ya que durante décadas el verdadero poder lo ha ejercido el presidente de la República. En la década de los 90, la demarcación fue alcanzando ciertas cotas de autonomía, hasta culminar con el proceso que le ha permitido tener su propio jefe de Gobierno. Pese a ello, el equilibrio con el palacio presidencial ha estado siempre muy desnivelado.

A la reforma le falta todavía un trámite: ser ratificada por la Cámara de Diputados, proceso que es probable que se retrase hasta septiembre, ya que dentro de unas semanas hay elecciones locales y también en algunos estados de la Federación.

La idea es que antes del 31 de enero de 2017, la Ciudad de México tenga su primera Constitución política, que contemplará que la Federación mantenga la responsabilidad del financiamiento a la educación y a los servicios de salud; desaparezca la figura jurídica de las delegaciones políticas, y se cree demarcaciones territoriales, que serán encabezadas por un alcalde. Además, habrá 14 senadores y 14 diputados federales; seis de ellos designados por el Presidente y seis más por el Jefe de Gobierno, lo que fue calificado como un exceso, ya que los senadores y diputados federales no fueron electos por los ciudadanos.

Pese a ello, y al consenso existente de que la reforma agilizará mucho más la administración de este nuevo estado, Ciudad de México no alcanzará la misma autonomía que el resto de estados. Por ejemplo, no podrá decidir su techo de endeudamiento; el jefe de la policía estará supeditado al presidente, aunque lo podrá designar y destituir el gobernador, y las 16 delegaciones metropolitanas serán sustituidas por alcaldías, pero sin autonomía financiera. Cada una estará gobernada por un cabildo de unos diez concejales.

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