La banca especula con instrumentos semejantes a los usados antes de la crisis

Paul Krugman.
Paul Krugman.

Paul Krugman, entre otros pocos economistas, había adelantado alguno de los errores de la teoría dominante en el momento, acusando a sus defensores de "tomar la belleza por la verdad".

La banca especula con instrumentos semejantes a los usados antes de la crisis

Paul Krugman, entre otros pocos economistas, había adelantado alguno de los errores de la teoría dominante en el momento, acusando a sus defensores de "tomar la belleza por la verdad".

La quiebra de Lehman Brothers marcó el inicio de lo que ya todos conocemos como la crisis de las subprime. Años antes, la apuesta por las empresas de la nueva economía, que se tradujo en subidas especulativas de las cotizaciones de sus títulos, desató la burbuja de las punto com. Esto, ayudado por los atentados de las Torres Gemelas, originó una recesión 'suave' que llevó a la Reserva Federal a bajar drásticamente los tipos de interés, a lo que los bancos reaccionaron buscando fórmulas que permitiesen multiplicar sus operaciones para compensar la caída de los márgenes. Entran en escena los NINJA -no income, no job, no assets- a los que se les conceden préstamos hipotecarios de elevado riesgo y, a partir de aquí, la deriva de la situación es bien conocida. La especulación y el abandono de la prudencia, a la vez que crece una nueva burbuja: la inmobiliaria, alimentada por las subprime y su titulización. Estalló la crisis y el contagio, cual pandemia, se extendió al resto del mundo en tiempo real.

Los mercados, a veces egocéntricos y miopes, no supieron reaccionar a tiempo y el control prudencial que debieran haber ejercido las autoridades responsables para evitar la acumulación de los riesgos bancarios, cedió a favor de los gestores que buscaban rentabilidades desproporcionadas, prolongando al máximo la duración del ciclo expansivo.

Paul Krugman, entre otros pocos economistas, había adelantado alguno de los errores de la teoría dominante en el momento, acusando a sus defensores de "tomar la belleza por la verdad". Efectivamente, en una sociedad en la que prima el resultado sin esfuerzo, el enriquecimiento sin producción, ... la inmediatez y el corto plazo se instalan como valores propios poco recomendables.

El sistema financiero español "participó de la fiesta" como nadie

 

En este contexto, el sistema financiero español "participó de la fiesta" como nadie. El escándalo de las preferentes, la falsificación de las cuentas de resultados para la salida a Bolsa de determinadas entidades, la venta indiscriminada de estructurados, la concesión de hipotecas con cláusulas abusivas... nos lleva a preguntarnos si los gestores bancarios responden a la definición que Hannah Arendt hizo de Eichmann en su libro La banalidad del mal, cuando relata que, en el fondo, sólo era un buen funcionario que cumplía órdenes.

La falta de escrúpulos de algunos gestores, derivada de la conversión del cliente en un instrumento necesario para la consecución de beneficios, ha contribuido a la 'despersonalización' del negocio bancario. Todo ello, junto con la conjunción de la avaricia y la falta de ética personal y organizacional, que ha derivado en prácticas bancarias  abusivas, tal y como se está encargando de recordarnos la Unión Europea a través de sus servicios jurídicos. Esto por no hablar también del proceso de reestructuración llevado a cabo en el sistema financiero español, del que quizás algún día sabremos si ha respondido a algún interés particular o, si por la contra, ha seguido el curso normal de los acontecimientos. 

Mientras tanto, sigamos alerta, los bancos están especulando con instrumentos semejantes a los utilizados antes de la crisis, el regulador parece dormido, y los ciudadanos han de saber que el binomio riesgo-rentabilidad van siempre de la mano. Dejemos que la ética y la responsabilidad se instale en el sector.

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