Ayn Rand versus Jean Tirole o la necesidad de regular los mercados oligopólicos

El energético es uno de los oligopolios más evidentes.
El energético es uno de los oligopolios más evidentes.

Ayn Rand defendía la desregulación más radical, por el contrario, Jean Tirole, nobel de economía 2014, prescribe cómo regular los oligopolios, o los intereses de la empresa frente a los del consumidor.

Ayn Rand versus Jean Tirole o la necesidad de regular los mercados oligopólicos

Ayn Rand defendía la desregulación más radical, por el contrario, Jean Tirole, nobel de economía 2014, prescribe cómo regular los oligopolios, o los intereses de la empresa frente a los del consumidor.

De origen ruso, pero americana de adopción,  Ayn Rand, fallecida en1982, fue la creadora de una tendencia filosófica denominada “objetivismo”, cuyas máximas principales eran una acérrima defensa del individualismo y del capitalismo más extremo, inspirada entre otros, según ella, por las ideas de Aristóteles. Hasta tal extremo llevaba sus posiciones, que la convirtieron en una de las más enérgicas opositoras de Ronald Reagan, como sabemos un conocido colectivista.

Uno de sus principales seguidores fue Alan Greenspan, presidente durante unos 20 años de la Reserva Federal, al que podríamos definir como el MAFO americano y gracias a quien se multiplicaron los derivados financieros, relacionados con las hipotecas subprime y, consecuentemente, como la causa de la mayor recesión desde 1929, al no haber establecido mecanismo alguno de regulación en línea con su posicionamiento económico radical inspirado por la citada Ayn Rand. Es pública su colaboración en la obra “Capitalismo: el ideal desconocido” (Capitalism: the unknown ideal), en la que ambos legitiman la desigualdad de oportunidades al considerar que no dependen del importe de la inversión, sino de su utilización productiva en el mercado. No resulta extraño, por lo tanto, que se atreviese a afirmar que “los derivados han sido un vehículo extraordinariamente útil para transferir el riesgo de las personas que no deberían asumirlo a aquellas que están dispuestas y son capaces de hacerlo". Sobre lo absurdo de este pensamiento no tenemos más que reflexionar sobre los millones de perjudicados por la burbuja inmobiliaria o las participaciones preferentes, donde, efectivamente,  los derivados han resultado eficientes para trasladar el riesgo a las personas que no deberían asumirlo…

Jean Tirole

Afortunadamente la Academia Sueca no se ha mostrado nada “objetivista” en la designación como Premio Nobel de Economía 2014 al francés Jean Tirole, aunque formado principalmente en el MIT (Massachusetts Institute of Technology), no en Columbia o New York como Greenspan. Tirole es un economista cuyas principales contribuciones a la ciencia económica son el análisis del poder de las empresas, de la competencia y de su regulación y la explicación de cómo entender y regular aquellos sectores económicos muy concentrados y donde las industrias son muy influyentes.  En realidad lo que analiza son los comúnmente conocidos como oligopolios, donde teóricamente ninguna empresa es la dominante y deberían competir entre ellas por aumentar la cuota de mercado, pero que en la práctica pactan bajo cuerda violando la libre competencia, pese a apelar constantemente al libre mercado y oponerse contundentemente a cualquier medida regulatoria.

La consolidación de los oligopolios en el período 1982 – 2002

Tres sectores oligopólicos son los que en mayor medida afectan a los consumidores: energía, telecomunicaciones y banca. Inicialmente es Felipe González quien apodera a Solchaga como brazo ejecutor de la estrategia de concentración. Comienza actuando en el sector eléctrico, recordemos la concentración de Fenosa con Unión Eléctrica Madrileña o la absorción de Fecsa por Endesa. Para colmo, los despropósitos gubernamentales han generado un presunto déficit de tarifa que los consumidores tenemos pendientes depago. También en los combustibles destaca en 1987 la constitución de Repsol como grupo. Posteriormente en época de Aznar tanto Endesa como Repsol se privatizan totalmente. Mientras, el Tribunal de Defensa de la Competencia, miraba a otro lado.

En las telecomunicaciones, Telefónica pasa al sector privado en los estertores del último gobierno de González e inicios de la primera legislatura de Aznar, todo ello sin arbitrar ni la más mínima medida que ampliase ofertas alternativas en telefonía fija, mientras que en la móvil la oferta se concentra en solo tres proveedores de relevancia.

Por último, el sector que mostraba un nivel aceptable de diversificación en la oferta, el  financiero, inicia su concentración más evidente aprovechando la crisis de las cajas de ahorro, con la inestimable colaboración de Solbes y Guindos, de modo que de una oferta de hasta veinte entidades que nos podríamos encontrar en cualquier población de mediana dimensión, habremos pasado a una oferta en la que difícilmente nos encontraremos más de ocho entidades.

En definitiva, tres sectores básicos concentrados en pocas manos o el triunfo de las tesis de Rand frente a las recomendaciones de Jean Tirole. Pero, eso sí, las puertas giratorias funcionando a toda velocidad para colocar en los consejos de administración de las grandes empresas a los que antes decidieron desde el gobierno sobre las mismas.

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