El particular ‘Antes de que anochezca’ para la ‘Ley de Ajuste Cubano’

Pasaporte de Estados Unidos y Pasaporte cubano.
Pasaporte de Estados Unidos y Pasaporte cubano.

El salvoconducto que conseguían los cubanos al pisar territorio americano se encuentra en entredicho al normalizarse las relaciones diplomáticas. La Ley de Ajuste Cubano está ahora en boca de todos.

El particular ‘Antes de que anochezca’ para la ‘Ley de Ajuste Cubano’

El salvoconducto que conseguían los cubanos al pisar territorio americano se encuentra en entredicho al normalizarse las relaciones diplomáticas. La Ley de Ajuste Cubano está ahora en boca de todos.

Antes de que Anochezca lleva por título el libro del escritor disidente cubano Reynaldo Arenas. Un testimonio doloroso de su propia vida homosexual en la Cuba castrista. Después de sufrir el acoso y la prisión, acabó por exiliarse en los Estados Unidos, al igual que lo pudieron hacer cientos de miles de cubanos durante el Mariel.

Durante la etapa de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Cuba, el Embargo fue siempre uno de los temas conspicuos y recurrentes que provocaban los más acalorados debates ideológicos y conceptuales, dentro y fuera de la isla. Esto es fácil de explicar si consideramos que todo lo referido a Cuba y su Revolución tendían a dividir opiniones en una época de bipolaridad ideológica y de fuerte enfrentamiento Este - Oeste.

El tema de la Ley de Ajuste Cubano, por el contrario, siempre estuvo en un segundo o tercer orden dentro de la agenda política. En realidad sólo se puso a prueba su vigencia durante la crisis del Mariel en 1980. Y de alguna manera durante el episodio del niño Elián González. No fue sino hasta ahora que se habla con preocupación e insistencia sobre la permanencia de este mecanismo de regularización migratoria.  Y es que con la distención entre estos dos países, el beneficio de este programa legal conocido como la “Ley de Ajuste Cubano” se está volviendo el tema más preocupante entre la comunidad cubana dentro y fuera de la Isla. Esto se debe a dos razones principalmente: 1) Debido al temor por parte de los nacionales cubanos de no gozar de sus beneficios migratorios tanto para ellos como para sus familiares; 2) Debido a que miles de cubanos que no han podido regularizar su situación migratoria ya no podrían tener el tiempo ni la oportunidad de lograr dicho “ajuste” legal.

La Ley de Ajuste Cubano, por el contrario, siempre estuvo en un segundo o tercer orden dentro de la agenda política. En realidad sólo se puso a prueba su vigencia durante la crisis del Mariel en 1980. Y de alguna manera durante el episodio del niño Elián González. No fue sino hasta ahora que se habla con preocupación e insistencia sobre la permanencia de este mecanismo de regularización migratoria.

 

Tan sólo en el año 2015, a partir del acercamiento entre Washington y La Habana, hubo un incremento de más del 30% en el número de “refugiados” que solicitaron este programa para los refugiados cubanos.

El espíritu de esta Ley suponía ser una salvaguarda a quienes se encontraban huyendo de un régimen totalitario que había gobernado en Cuba desde el triunfo de la Revolución del 59. En donde tanto los Derechos Humanos como la Democracia se encontraban anulados. Esta Ley ha permitido que desde el año de 1966, fecha en que fue implementada,  en los Estados Unidos se establezcan 50 mil cubanos en promedio anualmente.

Este instrumento jurídico no sólo ha aplicado a los cubanos. Otras nacionalidades también se han beneficiado de este tipo de mecanismo,  el cual les permitiría arreglar su estadía legal en los Estados Unidos al cabo de 366 días. Nacionales de la antigua Unión Soviética y algunos otros países como es el caso de Hungría. Pero también de Vietnam, Cambodia, Laos, Hong Kong, Macao, Chile, Bolivia, Líbano y otros países del Medio Oriente. Hasta ahora, legislaciones similares a la Ley de Ajuste Cubano se mantienen para ciertos ciudadanos nicaragüenses, haitianos, Rusos; asi como de Laos, Vietnam y Cambodia. Estos últimos gracias a la “Enmienda Lautenberg” de 1989. Ahora mismo, la comunidad venezolana, especialmente en el sur de la Florida presiona para ganar este estatus debido a la situación política que se padece en ese país sudamericano.

Cabe mencionar que los cubanos que logran llegar a territorio americano también reciben asistencia en alimentos y ayuda sanitaria limitada entre otros menesteres. Este trato contrasta con el que reciben sus pares latinoamericanos los cuales son deportados ipso facto cuando no pueden documentar su legal estancia. Pero esta Ley excepcional no resulta polémica como reclamo de los otros latinos que no gozan de estos beneficios. La controversia se detona dentro de la propia comunidad cubana, debido a que hay quienes pugnan por desaparecer este beneficio señalando que los cubanos una vez que logran obtener este “Asilo Político”, de inmediato tratan de regresar a Cuba para visitar a sus familias. Además de que envían dinero a sus parientes en una cantidad similar a la que envían los inmigrantes de otros países. De hecho el envío de remesas constituye un 10% del Producto Interno Bruto de Cuba. Lo cual supone un alivio a la economía isleña. Pero además, existe otro punto nodal, como resultado de este beneficio migratorio. El hecho de que a diferencia de sus pares latinoamericanos, los cubanos al hacerse ciudadanos de manera expedita pueden votar en las elecciones locales y federales. Esto ha hecho que en las Cámaras esta comunidad se encuentre sobre representada y gocen de un fuerte poder político. El problema conforme fueron pasando los años, las diferentes generaciones de cubanos ya no ven la misma Cuba que dejaron atrás. Ya no huyen de lo mismo.

Los cubanos que logran llegar a territorio americano también reciben asistencia en alimentos y ayuda sanitaria limitada entre otros menesteres. Este trato contrasta con el que reciben sus pares latinoamericanos los cuales son deportados ipso facto cuando no pueden documentar su legal estancia. Pero esta Ley excepcional no resulta polémica como reclamo de los otros latinos que no gozan de estos beneficios.

 

Lo primero que cabe recordar es que en realidad los cubanos no piden un “Asilo Político” en estricto sentido, porque de ser así tendrían que esperar a obtener su ciudadanía para poder regresar a Cuba tal y como lo hacen los nacionales de otros países. En otras palabras, podrían volver a Cuba después de cinco años, en lugar de un año. Que es lo que ocurre con quienes han demandado este estatus legal. Lo que obtienen los cubanos que llegan a la “tierra de la libertad” es un Parole. Esta situación les permite los beneficios de visitar Cuba en cuanto obtienen su residencia permanente o la Green Card. Desde hace algunos años, son ciertos actores políticos radicales y una facción muy conservadora de la diáspora cubana quienes claman por su demolición. Esto obliga a que muchos de los cubanos de las últimas dos décadas no se sientan contentos con estas posturas, pues las razones por las que emigraron fueron sobre todo económicas y quieren volver lo antes posible a Cuba para atender a sus familias.

Lo que valdría problematizar es que estas diferencias de posturas no son anecdóticas ni menores. Las primeras generaciones de cubanos que llegaron a Estados Unidos poco tienen en común con los cubanos que llegaron por el Mariel o con los cubanos que han llegado en las últimas décadas, después de la caída de la asistencia soviética.

No es difícil encontrarse con estas dos posturas casi antitéticas en el exilio de Miami. Hasta no hace mucho la voz cantante la poseían los cubanos desembarcados de primera generación. Estos cubanos recalcitrantemente anticastristas, con capital político y económico, siempre se han sentido humillados y vejados por lo que les expropió la Revolución Cubana. Es una generación de cubanos que se sintieron incomprendidos. La admiración que provocaba la Revolución Cubana en todas las universidades de todo el mundo siempre les lastimó de manera muy personal. Radicalizaron mucho sus posturas políticas. Aquello que no estuviera en sintonía con su visión del mundo lo tildaban de comunista, con la carga peyorativa que esto les supone. Algunos miembros de esta generación trataron de “recuperar” la Perla del Caribe. Con un saldo muy desafortunado para ellos. El 17 de abril de 1962, un grupo de 1,297 opositores cubanos integrados a la Brigada de Asalto 2506, apoyada por la CIA, invadió la Bahía de Cochinos, en el centrosur cubano. Sin el apoyo aéreo prometido por el gobierno de Kennedy, en un lugar inhóspito y frente a una fuerza militar de decenas de miles de hombres, el ataque es desarticulado en menos de 72 horas. Castro subraya que aquélla fue "la primera gran derrota del imperialismo yanqui en América". En lo adelante, Castro saldrá ileso de varios intentos de asesinato organizados por la CIA, y otros llevados a cabo de manera independiente por opositores cubanos. La diáspora cubana en Miami desde entonces inclinaría aún más sus simpatías por el Partido Republicano.

De abril a septiembre de 1970, se produce un segundo desembarco en Cuba de la organización Alpha 66, en lo que puede interpretarse como el último intento de realizar una guerra de liberación en Cuba. El 20 de abril muere en combate Vicente Méndez, jefe de la operación; el 26 de abril es fusilado Luis Aurelio Nazario; el 17 de septiembre muere en combate José Rodríguez Pérez.

En Abril de 1980, alrededor de 10.800 cubanos entran en la embajada de Perú en La Habana y piden asilo político. Se desata una crisis interna que produce el conocido éxodo de Mariel, en el que abandonan la isla por mar, rumbo a Estados Unidos, unos 125 mil cubanos. El éxodo se extiende hasta finales de septiembre. Estos cubanos no pudieron utilizar la Ley de Ajuste Cubano.  Su estatus legal lograría arreglarse hasta 1986. Muchos de estos marielitos, si bien contaron con la anuencia de los cubanos de primera generación, no se identificaba del todo con la mayor parte de quienes se embarcaron del puerto de Mariel.

Dos años después de la caída del Muro de Berlín y de los Fusilamientos del General Ochoa y Tony de la Guardia, en diciembre de 1991, colapsa la Unión Soviética como nación. Hasta ese momento la URSS  ya enviaba muy poca ayuda a Cuba.

El 14 de agosto de 1992 el régimen cubano, con una economía al borde del derrumbe y miles de millones de dólares de deuda externa, suspende la prohibición de la tenencia de dólares con el fin de que las familias cubanas con parientes en el extranjero reciban divisas como ayuda. Se impulsa la industria turística y se permite, poco después, la operación de pequeños negocios en un limitado número de servicios. La Rectificación cubana no desanima el creciente número de balseros que siguen escuchando el canto de sirenas a noventa millas. A los audaces cubanos que se tiran al mar ya no se les ven como desertores sino como héroes en búsqueda de libertad.

El 13 de julio de 1994, naves oficiales cubanas hunden el remolcador "13 de Marzo", en el que familias trataban de huir de la isla hacia Estados Unidos. Mueren más de 40 personas, entre ellas 23 menores de edad.

Para agosto de 1994, el creciente flujo de "balseros" hacia Estados Unidos hace que Castro declare que su gobierno no puede detener a quienes deseen abandonar la isla. Alrededor de 30 mil personas se lanzan al mar en balsas de fabricación casera. Los "balseros" son enviados a bases norteamericanas en Guantánamo y Panamá. En septiembre, Estados Unidos y Cuba firman un acuerdo mediante el que Castro se compromete a detener el flujo migratorio y Estados Unidos a otorgar 20 mil visas anuales a cubanos. Washington anuncia también que deportará a todo cubano que detenga en alta mar, pero a los "balseros" que están en Guantánamo y Panamá se les permite vivir en territorio norteamericano. Si los cubanos que huyen a Estados Unidos quieren beneficiarse de la Ley de Ajuste, lo tendrían que hacer con los Pies Secos.

Un acontecimiento dramático ocurre el 24 de febrero de 1996. Aviones MiG de la Fuerza Aérea cubana derribaran a dos avionetas civiles de la organización humanitaria Hermanos al Rescate en aguas internacionales sobre el Estrecho de la Florida, con saldo de cuatro muertos. Días antes de este incidente, las fuerzas de Seguridad llevan a cabo una ola de arrestos de los principales líderes de Concilio Cubano, que pensaban reunirse el día 24. 12 de marzo de 1996. El presidente Bill Clinton firma la Ley Helms-Burton, la cual niega entrada a Estados Unidos a ejecutivos de empresas que operen en Cuba negocios en instalaciones que fueron confiscadas sin indemnización a norteamericanos, y permite que ciudadanos norteamericanos demanden en tribunales de su país a las empresas que funcionen en esas instalaciones que a ellos les fueron expropiadas. La aplicación de este último punto ha sido pospuesta por los presidentes Clinton, George W. Bush y Barack Obama cada seis meses, desde entonces.

El episodio del niño balsero Elián González pone en evidencia las contradicciones jurídicas y los intereses políticos que privan dentro de la comunidad cubana del sur de la Florida, por un lado; así como, las fuertes tensiones que existen entre la disidencia cubana de Miami y las instituciones federales de Estados Unidos.

El 25 de noviembre de 1996 es entregado a unos familiares en Miami el niño cubano Elián González, quien sobrevivió a un muy difícil naufragio en el que murieron su madre y su padrastro. El gobierno de Castro y el padre del niño lo reclaman desde Cuba, con manifestaciones multitudinarias que se extienden al mes de diciembre. Se conoce que el Servicio de Inmigración de Estados Unidos no tomará decisión alguna sobre su devolución hasta el 21 de enero de 2000. Cinco abogados que representan a los familiares del menor en Miami, solicitan asilo político para Elián. Pues este expediente ya se había convertido un tema de política internacional. Este fusilamiento produce fisuras dentro de la nomenclatura cubana.

El 5 de enero del año 2000, el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) de Estados Unidos, anuncia que Elián será devuelto a Cuba antes del 14 de enero, debido a que las investigaciones hechas por ese organismo federal indican que la custodia del niño pertenece a su padre, con quien funcionarios del INS se reunieron en la ciudad cubana de Cárdenas en diciembre, para recibir sus pruebas de paternidad. El presidente Bill Clinton y la procuradora Janet Reno respaldan la decisión del INS.

El 19 de abril del mismo año el Tribunal de Apelaciones del Distrito 11, en Atlanta, determina que Elián González debe permanecer en Estados Unidos mientras esté pendiente el proceso legal sobre su custodia. El padre del niño se encuentra en la Oficina de Intereses de Cuba en Washington desde el 6 de abril. Al conocer el dictamen, el abogado del padre, el letrado Gregory Craig, pide al Departamento de Justicia una "acción inmediata" que permita la entrega del niño a su padre. La procuradora Janet Reno dijo que la orden del tribunal no le "impide ponerlo al cuidado de su padre mientras él esté en Estados Unidos".

El 22 de abril, de madrugada, prácticamente en medio de una negociación entre el INS y los abogados de la familia de Miami respecto a la entrega de Elián a su padre y aún abogando estos últimos por un encuentro con el progenitor del niño en familia, agentes federales entran por la fuerza en la casa de la familia González, en la Pequeña Habana, sacan al menor y lo trasladan a Washington, donde lo esperaba su padre en la Base Militar Andrews. Una imagen captada por el fotógrafo Alan Díaz, de la Associated Press, permite ver a un agente federal apuntando con su rifle hacia el niño, dentro de la casa. La imagen le dio la vuelta al mundo.

La mayor parte de los cubanos radicados en Miami nacieron después de consumarse la Revolución Cubana. No saben cómo fue Cuba “durante el capitalismo”, sólo por lo que han escuchado. Sueñan con regresar a Cuba con muchos dólares, como muchos otros migrantes de otras nacionalidades.

 

Otro acontecimiento de alto impacto mediático por las consecuencias que desata se gestó en marzo de 2003. Tres jóvenes cubanos que intentaron secuestrar una embarcación para huir a EE.UU. Son fusilados, a pesar de que no causaron daño a nadie. La Unión Europea suspende los vínculos de alto nivel con La Habana y excluye a Cuba de un importante acuerdo de colaboración económica. Las principales organizaciones de derechos humanos critican sin ambages al régimen cubano.

Los aventurados cubanos que seguían arriesgándose en embarcaciones hechizas huían de la austeridad y, si bien es cierto que culpaban al “comunismo” de su situación económica, también es cierto que migrar a los Estados Unidos les parecía la única solución a sus problemas domésticos y a su desesperanza a futuro..

Estos cubanos migran por la movilidad social que esto supone. Culpan al “comunismo”  de su pobreza. No quieren saber de política porque les parece que esto es innecesario para sus pretensiones. Tienen la sensación de que los hermanos Castro son eternos e inamovibles. Les molesta que haya cubanos que les quieran limitar el volumen de sus envíos o la oportunidad de visitar la isla, una vez obtenida su legal estancia. No se sienten representados por los cubanos americanos de la primera y segunda generación.  No se sienten cómodos con los ancianos cubanos que hablan de política en el café Versalles de la Calle 8. La mayor parte de los cubanos radicados en Miami nacieron después de consumarse la Revolución Cubana. No saben cómo fue Cuba “durante el capitalismo”, sólo por lo que han escuchado. Sueñan con regresar a Cuba con muchos dólares, como muchos otros migrantes de otras nacionalidades. Los más emprendedores no vacilan en traer a sus familias, aprovechando las ventajas legales de la Ley de Ajuste… porque los nubarrones de la normalización diplomática amenazan con poder desembarcar en Miami al ocaso… Antes de que anochezca.  

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