Oleiros, el Beverly Hills del noroeste, tiene su propio partido de gobierno

Ángel García Seoane.
Ángel García Seoane.

Ángel García Seoane, 'Gelo', gobierna Oleiros prácticamente desde que se recuperó la democracia en España y suele hacerlo con holgadas mayorías, gracias a un avanzado modelo de gestión y participación.

Oleiros, el Beverly Hills del noroeste, tiene su propio partido de gobierno

Los partidos tradicionales sienten pánico ante Podemos, que emerge con la intención de ocupar su espacio. En el municipio de mayor renta de Galicia, Oleiros (A Coruña), partidos como el PP o el PSOE llevan toda su vida democrática probando esa medicina: saben que perderán ante un partido local, muy organizado, que se denomina Alternativa dos Veciños. Su líder es Ángel García Seoane, para los suyos 'Gelo', un político de veleidades izquierdistas que ha sabido gestionar un concello de ricos y menos ricos al que ha hecho grande. Hoy tiene unos 35.000 habitantes, más o menos como Teruel, y en verano no muchos menos que Ibiza. En algunos aspectos funciona como una especie de ciudad-Estado; incluso tiene política exterior.

Ángel García Seoane, Gelo, gobierna Oleiros prácticamente desde que se recuperó la democracia en España –durante un tiempo en el que fue apartado del cargo se camuflaba como asesor de la alcaldía– y suele hacerlo con holgadas mayorías, gracias a un avanzado modelo de gestión y de participación ciudadana. Ha sabido mantener el voto de los vecinos de siempre de Oleiros, organizados a través del partido Alternativa dos Veciños, cuyos candidatos a concejales –tres por parroquia o distrito– se eligen de forma democrática mediante asambleas abiertas, y también ha sabido ganarse la confianza de miles de personas que han adoptado Oleiros como su lugar de residencia, dada su alta calidad de vida. Solo el 19,1% de los habitantes han nacido en el municipio. Gelo roza el 50% de los votos y, según ha sabido MUNDIARIO, quiere volver a probar suerte, con o sin reforma electoral. De manera oficial, lo anunciará en noviembre.

La clave es su gestión pública

Obviamente, el masivo tirón electoral de Ángel García Seoane no está en sus gestos ni en sus veleidades izquierdistas, sino en una gestión exclusiva, que en España puede considerarse paradigmática. La receta, en el fondo, es sencilla: no le tiembla la mano para cobrar impuestos, se rodea de profesionales de la gestión pública, cuida el medio ambiente y ofrece buenos servicios. Él no solo se dedica a la estrategia: suele estar siempre al pie del cañón y pendiente de su correo electrónico, en un concello donde una gran parte de las gestiones ya se pueden hacer por vía telemática.

Basta con entrar en Oleiros para que cualquier persona se dé cuenta de que allí no gobiernan los partidos tradicionales. Y no solo por las proclamas, a veces incendiarias, de sus paneles luminosos, sino por el urbanismo, más visible por su marcado carácter residencial, plagado de viviendas unifamiliares y urbanizaciones de estilo norteamericano. La estética también dice mucho de la renta que se mueve en el concello de Gelo, a cuyas calles no solo se asoman los ventanales de casas de diseño sino también flamantes modelos de marcas de lujo.

Es verdad que, en su inmensa mayoría, sus vecinos no generan en Oleiros las rentas de las que disponen. A menudo se trata de profesionales y empresarios que se ganan la vida en A Coruña o en Arteixo y que han decidido hacer su vida personal en Oleiros. Visto desde el avión que aterriza en el cercano Alvedro, Oleiros se confunde con la ciudad de A Coruña, del mismo modo que le sucede a Culleredo. El problema está en que abajo no existe la armonía que se supone a vista de pájaro. Fallan las infraestructuras de enlace, el transporte público es impropio de un país desarrollado y A Coruña se pierde la oportunidad de ser una gran metrópoli.

Tal vez le falte también a Oleiros un mayor desarrollo empresarial, ligado a las nuevas tecnologías y otras tendencias de futuro, que complemente la vocación emergente de sus centros de estudios avanzados, alguno dependiente de la Universidad pública y otros ligados a masters universitarios privados. Las iniciativas empresariales van a más, especialmente en áreas como Santa Cristina, Perillo o Santa Cruz, pero están a años luz de seguir modelos de éxito como los de condados californanianos de estructura similar, como Mountain View, la sede de Google en Santa Clara, cerca de San José. Inditex –la Google gallega–, prefirió asentarse en Arteixo, una zona industrial de urbanismo descuidado, si bien sus directivos y accionistas se dividen a la hora de vivir entre Oleiros y el renovado barrio de Monte Alto, en A Coruña.

Un pueblo de la Europa rica 

En la coruñesa ría de O Burgo, cuya falta de dragado sorprende a las autoridades burocratizadas de Bruselas, sin que tampoco lo resuelvan, se refleja bien la importancia y el valor de la política. El cuidado paseo marítimo de la fachada de Oleiros contrasta, por ejemplo, con un asentamiento chabolista en la otra orilla, ya en el vecino ayuntamiento de A Coruña, tal vez una imagen poco conocida de la ciudad del alcalde Carlos Negreira, del PP, pero reveladora de que no ha superado ciertas carencias urbanísticas heredadas del PSOE. Ni en ése ni en otros sentidos, como el de la contaminación en la propia ría de O Burgo o en Bens, en este caso por culpa de Repsol, cuya refinería fue calificada por el exalcalde socialista Francisco Vázquez como "la bomba controlada", adosada a su ciudad. 

Lejos de todos esos riesgos ambientales, Oleiros se parece más a un pueblo de la Europa rica que a cualquiera de los de Galicia. Basta ver su índices de parques y espacios públicos o su índice de inversiones públicas municipales, el mayor de Galicia. Tampoco pasa inadvertida su red de 10 bibliotecas públicas equipadas y activas o su red de 15 centros sociales y culturales, tres auditorios públicos y el mayor número de viviendas de promoción pública por habitante, que comparten vecindario con mansiones solo al alcance de grandes millonarios. Nada que envidiar a las de Beverly Hills, en California, que por cierto tiene una población similar a la de Oleiros.

La seguridad es otro de sus puntos fuertes. A sus servicios de policía local y Guardia Civil se suman empresas de seguridad privada, que refuerzan la de por sí importante colaboración ciudadana. Oleiros es una ciudad horizontal -sin down town- en la que todo el mundo se conoce, lo que disuade a los delincuentes.

"Alternativa dos Veciños fue el primer partido que existió en Oleiros, es el único independiente nacido de las primeras elecciones democráticas que se mantiene independiente en Galicia y en España", proclama el alcalde Ángel García Seoane, cuyo liderazgo social, a pesar de sus detractores –algunos poderosos– es indiscutible. "No tenemos padrinos y con todo somos uno de los ayuntamientos más importantes de Galicia. Aquí no hacen falta padrinos, sino trabajar, tener ideas y luchar". Quizá sin saberlo, Gelo lidera hoy lo que los modernos politólogos europeos llaman un partido luxury.

Escultura dedicada a Che Guevara en Oleiros (A Coruña).

Escultura dedicada a Che Guevara en Oleiros (A Coruña).

Los grandes millonarios ven cada día en Oleiros al Che

Ernesto Guevara de la Serna (Rosario, 1928 - La Higuera, 1967), conocido como Che Guevara, es un icono global de la izquierda, un revolucionario. Político, escritor, periodista y médico argentino-cubano, fue ideólogo y comandante de la Revolución cubana (1953-1959), a la que también sirvió como gobernante hasta 1965. Fue presidente del Banco Nacional, ministro de Industria y ejerció como diplomático. Cuando se decidió a extender la revolución, sin renunciar a la lucha armada -él mismo se fue a combatir a el Congo y a Bolivia-, pagó un alto precio: su propia vida, al ser ejecutado de manera clandestina y sumaria por el Ejército boliviano en colaboración con la CIA, en 1967. En Oleiros, Che Guevara tiene el mayor monumento, en una rotonda por la que pasan a diario miles de personas, entre ellas algunas de las principales fortunas de España, vecinos de este concello residencial de A Coruña. Así lo quiso Gelo, que mandó reproducir el emblemático retrato fotográfico del Che obra de Alberto Korda.

Comentarios