Adiós a los mítines: los políticos trasladan sus batallas a las redes sociales

Propuestas electorales de Hillay Clinton en su página de Facebook / Mundiario
Propuestas electorales de Hillay Clinton en su página de Facebook. / Mundiario

En España, Pablo Iglesias triplica en seguidores a Mariano Rajoy porque se acerca al modelo norteamericano de mayor participación en redes sociales con un tono más ideológico.

Adiós a los mítines: los políticos trasladan sus batallas a las redes sociales

En España, Pablo Iglesias triplica en seguidores a Mariano Rajoy porque se acerca al modelo norteamericano de mayor participación en redes sociales con un tono más ideológico.

 

De aquí a noviembre los españoles vivirán una nueva contienda electoral que se prevé encarnizada. Y no es para menos, ya que los políticos se juegan las que pueden ser las elecciones generales más reñidas de la historia democrática y las que pueden suponer el fin del bipartidismo tal y como lo entendemos hasta ahora. Pero también será encarnizada por las formas en las que los políticos llegarán (y están llegando) a sus votantes. 

La tradicional imagen de los líderes de los partidos desgañitándose en los mítines está cayendo en desuso a favor de un acercamiento más directo, como es el que se hace a través de las redes sociales. A excepción del whatsapp, pocos canales son más "íntimos" que las redes sociales para llegar a los electores. Y los políticos lo saben porque se lo dicen sus asesores de comunicación, aunque no tod@s son igual de buenos y eficaces en esta nueva estrategia. Y esa efectividad suele ser proporcional al valor que los propios líderes le dan a estos canales. Se aprecia nada más echar un vistazo a sus "fan pages" o perfiles de Twitter.

Cabecera de la página de Facebook de Mariano Rajoy / Mundiario
Cabecera de la página de Facebook de Mariano Rajoy / Mundiario

 

En España, los dos políticos estigmatizados como representantes del bipartidismo, Mariano Rajoy (PP) y Pedro Sánchez (PSOE) hacen gala a ese estigma mostrándose como los señores que todo lo visitan y que estrechan sus manos con todo el mundo. Sin duda, una imagen caducada que poco interesa a los usuarios activos de redes sociales (nota para los asesores de comunicación: las redes sociales no son el seno de gran parte de los votantes de estos dos partidos, sobre todo del PP).

A los electores poco les importa a dónde van Mariano o Pedro y si leen el periódico en el tren o no. Quieren saber más sobre lo que piensa el candidato y qué va a hacer si llega a La Moncloa. Por eso sus posts o tuits se deberían parecer más a los de Pablo Iglesias (Podemos), un personaje público que no hace gala en sus publicaciones de si saluda a muchas vecinas de los pueblos de España, sino que se centra más en el debate político, ideológico y económico. No solo expone sus ideas, sino que comparte la de otros publicadas por distintos medios (aunque debe abusar menos de El País). E incluso es consciente de que a parte de su público le gusta Juego de Tronos. Y habla de ello sin pudor. ¿Ve alguien a Mariano Rajoy comentando su serie de ficción preferida? No, ¿verdad? Pues quizás debería si quiere llegar a nuevos target, especialmente al que está en las redes. El resultado de estas diferentes estrategias es evidente. Además de Twitter, Pablo Iglesias tiene en Facebook muchos más seguidores que sus contrincantes: el triple que Rajoy y casi cinco veces más que Sánchez. En otras palabras, despierta más interés, aunque sea para mal.

En EE UU son más directos hacia sus votantes

Ahora bien, los políticos españoles van por detrás (¿como casi siempre?) de lo que se hace en Estados Unidos. Allí, sus homólogos aún tienen un año por delante de campaña, pero la batalla entre los candidatos de los dos partidos mayoritarios, demócratas y republicanos, no puede estar más encendida. Y es que al otro lado del Atlántico no basta con apellidarse Clinton o Bush. Estos pesos pesados tienen que lidiar con otros candidatos que quieren hacerse con el despacho oval. Y las redes sociales son la "arena" en la que intentar tumbar a los rivales. 

En lo que respecta a la estrategia, en Estados Unidos los líderes se decantan por hablar de ideología y, sobre todo, de propuestas concretas, aportando datos de sus efectos. También empatizan con sus públicos mostrándose más humanos a través de anécdotas personales, referencias a su condición de padres o madres o grabando vídeos incendiarios de unos segundos desde su despacho (como el polémico Donald Trump). Conclusión: están más o menos en la línea que sigue Pablo Iglesias, aunque con un mayor pragmatismo y hablando un lenguaje más próximo a los potenciales votantes. Muy al estilo americano.

Esta nueva era en la estrategia política conducida a través de las redes sociales es un cambio sustancial, tanto cualitativo como cuantitativo. Cualitativo por todo a lo que he hecho referencia antes y porque los políticos saben que no son los electores los que van a ellos, sino que deben ser ellos los que deben ir a los electores. Y cuantitativo porque ningún mítin contará nunca con la participación de uno o dos millones de personas, pero esta sí puede ser, sin problema, la audiencia de un vídeo subido por un candidato a Facebook o Twitter. Con las redes sociales no solo se consigue una amplia penetración en la "intimidad" de los votantes, sino también una enorme difusión. Y esta gran diferencia que aportan las redes sociales es la que hará que estas dos próximas citas electorales sean algo nunca visto.

Comentarios