32 años vinculada a la vida política y Hillary Clinton aún comete errores infantiles

Hillary Clinton. / Facebook Hillary Clinton
Hillary Clinton. / Facebook Hillary Clinton

La candidata demócrata en la carrera por convertirse en presidenta de EE UU, la primera mujer, monta un quilombo con sus emails de la época de Secretaria de Estado.

32 años vinculada a la vida política y Hillary Clinton aún comete errores infantiles

La candidata demócrata en la carrera por convertirse en presidenta de EE UU, la primera mujer, monta un quilombo con sus emails de la época de Secretaria de Estado.

Exposición de hechos: Hillary Clinton usó una dirección de correo electrónico no oficial desde un servidor privado (situado en su casa de Chappaqua, Nueva York), en vez de la que se le ofrecía desde el gobierno, la @state.gov, y la usó para temas personales y de trabajo, indistintamente. Esto ocurrió en enero de 2009 y se prolongó hasta febrero de 2013, fecha en la que Hillary dejó de ser Secretaria de Estado.

Alguien debió de dar el visto bueno al uso del correo electrónico [email protected] que utilizaba Clinton y que estuvo haciendo uso del mismo durante casi cuatro años. Pero desde luego, nadie pareció darle importancia.

Por Ley, en EE UU, los correos electrónicos del Secretario/a de Estado y Presidente del Gobierno, son documentos de bien público e históricos, por lo que Hillary Clinton tuvo que entregar al registro federal sus email enviados desde esa cuenta personal, pero antes de hacerlo borró aquellos que consideró privados, creando así la duda y, ya de paso, la carnaza necesaria para ser utilizada por sus oponentes.

Como dirían en Argentina o Uruguay, se montó el quilombo, hasta el punto de que esta cuestión de los emails ha lastrado la ascendente carrera de Hillary Clinton hacia la presidencia de los Estados Unidos de América.

En todo este quilombo aparece también el FBI pero no para investigar a Clinton, sino para investigar si existe información clasificada fuera de la custodia federal. Dado que el servidor que usaba la ex Secretaria de Estado no se encontraba bajo la protección de los sistemas federales, investigan si éste pudo haber sido pirateado y si alguna de la información que Clinton mandaba a través de su correo electrónico pudo haber caído en manos del enemigo.

Hillary Clinton lleva 32 años vinculada a la política estadounidense. Un error tan infantil como este de la cuenta de correo electrónico podría darse en alguien más novato, pero ella es veterana y no debería permitirse deslices como este. Más aún si quiere ser la primera mujer presidenta de EE UU.

Clinton, a quien se presupone que sus conocimientos sobre la política norteamericana, entresijos, dimes y diretes, etc. superan a los de sus contrincantes, puede, por eso mismo, confiarse, elevarse por los cielos cual Arcángel Gabriel y creerse por encima del retablo de aspirantes que tiene bajo sus pies. Pero sus asesores de campaña, más terrenales, la han susurrado un “lo siento mucho. Me he equivocado” al estilo del ex Rey de España, Juan Carlos I, y Clinton, obediente, lo ha entonado. Habrá que esperar a los próximo sondeos para saber si estas palabras han ayudado a cambiar la opinión de un 56% de votantes que la califican como “mentirosa”.

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