Por sorprendente que parezca, los desiertos forman la zona más extensa de la superficie terrestre: con más de 50 millones de kilómetros cuadrados, ocupan casi un tercio de ésta. De este total, el 53% corresponden a desiertos cálidos y 47% a desiertos fríos.
Un desierto es un bioma que recibe pocas precipitaciones. Tienen reputación de poseer poca vida, pero eso depende de la clase de desierto; en muchos existe vida abundante, la vegetación se adapta a la poca humedad -matorral xerófilo- y la fauna usualmente se esconde durante el día para preservar humedad.
El establecimiento de grupos sociales en los desiertos es complicado y requiere de una importante adaptación a las condiciones extremas que en ellos imperan.
El desierto no es como cuentan: no es monótono, sino infinitamente variado. Y en él sí hay vida: dromedarios, zorros, gacelas... Curioso ver por primera vez a un enorme escarabajo oscuro, de esos que en Egipto son sagrados.