La basilica de Fourvière, ubicada en la ciudad francesa de Lyon, es uno de los trabajos del arquitecto Pierre Bosan y es un típico ejemplo de la arquitectura religiosa del siglo XIX.
Con un millón y medio de visitantes cada año, Fourvière es uno de los santuarios y sitios turísticos de Francia, que despiertan más curiosidad.
Desde su mirador, el visitante puede admirar unas vistas impresionantes de la ciudad.
En 1852, la instalación de la estatua de la virgen de oro fue el origen de las fiestas de la iluminación y las luces, que cada año celebra Lyon el día 8 de diciembre.
Según la página web oficial de la ciudad, “el aspecto extraño y macizo que ofrece, su forma rodeada por cuatro torres octogonales, dominan la ciudad y le valen el apodo de «elefante volcado»- La Basílica presenta un abanico de estilos que expresa, de manera extrema, todo el eclecticismo del siglo XIX. Su fachada norte tiene aspectos góticos, su exuberante decoración interior y sus mosaicos recuerdan los cuadros simbolistas. Levantando la cabeza, dentro del pórtico, podemos admirar un techo neoclásico. Los frisos florales del zócalo son de influencia novecentista «Art Nouveau». Sus enormes puertas de bronce están labradas y decoradas como en la antigüedad”.
Lyon, con sus bellos parques, jardines, exquisitos restaurantes, los ríos Saona y Ródano, cuna de Antoine de Saint-Exupery, y del cine, con una excepcional riqueza arquitectónica, y sus innumerables y valiosos museos, es Patrimonio Mundial de la Humanidad, desde 1998. Una visita obligada.
