¿Por qué está subiendo Ciudadanos en las encuestas y sondeos de opinión?
Ciudadanos recuerda a Lanzarote porque despierta muchas simpatías y también rechazos recalcitrantes, pero estos últimos decrecen al mismo ritmo que están creciendo los que aprueban su gestión.
Se decía de España que era un país de izquierdas, un lugar donde un Frente Popular podía ganar en las urnas precediendo así al Chile de Allende, e incluso el único país del mundo donde llegó a declarase la anarquía, la utopía donde la CNT declaró un país independiente en una parte de Aragón en la que se abolió la propiedad, el Estado y hasta el dinero, todo en plena guerra civil, pese a lo cual duró cerca de un año.
Originalidad no nos falta pero parece que ahora la gente que sufrió la crisis del 2008 en sus carnes o se crispa y se suma a la crispación, o se hace pragmático y ahí se encuentra con Ciudadanos. De la utopía y los sueños rotos al pragmatismo podría ser un buen titular para el día de hoy.
Cada vez más gente pide promesas y compromisos reales que se puedan llevar a cabo en un mundo real globalizado bajo leyes de la Unión Europea. Estamos ahí, en la UE, cuyas leyes son de rango superior a las españolas y por lo tanto de obligado cumplimiento, y también en el mundo que se hizo global sin que parezca que vaya a dar marcha atrás. Perdida ya la capacidad de endeudamiento de España, cuya deuda roza el 100% del PIB, y desaparecidas las potencias que apoyaban gratis buscando mercados y acercamientos ideológicos geoestratégicos al estilo de la antigua URSS, o incluso las aportaciones de la UE que nos permitieron construir autovías, puertos, depuradoras, o lineas férreas, solo queda asumir la realidad.
Ser progresista hoy exige algo más que ideales, exige presupuesto para llevar a cabo la justicia social, presupuesto que emana del mercado, como hasta China comprendió, y la forma más eficaz de producir riqueza es la política liberal. El mercado se ha hecho único y las reglas de juego vienen impuestas guste o no. Da lo mismo la ideología, para tener algo que repartir es necesario crear riqueza para repartirla de forma justa, lo que siempre se ha llamado progresista y que hasta ahora la izquierda se había apropiado de ese término que ahora utiliza también Ciudadanos.
El mundo cambió y los españoles también, aunque lentamente. Quieren hechos, realidades, y observan con estupor los logros de Ciudadanos con sus 32 diputados, sin sumar mayoría, solo por sus argumentos e insistencias, por la lógica de la que hacen gala y, en muchos casos, por los discursos con los que Inés Arrimadas arrolla a Puigdemont y a Artur Mas, pese a la diferencia de edades.
Mientras otros se rompen en debates internos, Ciudadanos nos habla de aforamientos, ley electoral, independencia judicial, ley de transparencia, autónomos, y cosas fáciles de entender y compartir. Claro que la solución no está en que todos los españoles se hagan de Ciudadanos y volvamos a mayorías absolutas, lo deseable es que los demás partidos vean como crece y se hagan pragmáticos dentro de su ideología, que dialoguen, que pacten, que abandonen promesas falsas, y que entre todos hagan la España que deseamos.