La publicidad es producida por la organización Free A Girl y se trata de una campaña que intenta llamar la atención sobre una terrible realidad, la prostitución infantil. Se trata de un grupo de niñas que están ocultas bajo unas máscaras de animales, todas tienen una caja enfrente de la que van sacando juguetes sexuales, que las niñas no saben que son y tratan de entenderlos a través de su inocencia infantil. El final es el momento crucial de la publicidad, puesto que constatan dos difíciles realidades.
Free A Girl, es una ONG que durante los últimos ocho años, ha conseguido liberar a miles de niñas que se encontraban siendo prostituidas. Su labor se extiende hasta la difícil tarea de educar a la sociedad, recaudar fondos para prevenir la explotación sexual de las niñas y combatir contra el tráfico de humanos. Sus trabajos se extienden hasta Nepal, Tailandia, India o Brasil.