Kurt Cobain, de estrella de la música a pintor
23 años después de la muerte del emblemático vocalista de la banda de grunge Nirvana, una agencia estadounidense ha decidido exponer algunas pinturas del artista.
Kurt Cobain marcó toda una generación con su potente voz. Sus letras maravillaron al mundo y su suicidio dejó a los fanáticos consternados. Pero su legado no muere y de hecho, ha trascendido más allá de los discos y la música misma. Por ello la División de Artes Visuales de la United Talent Agency, este año ha decidido revivir el arte del vocalista de la famosa banda Nirvana, exhibiendo una muestra con las pinturas y dibujos del autor como protagonistas. Al parecer, la mayoría de ellas habrían permanecido almacenadas desde la muerte del cantante en el año 1994.
En las obras de Kurt Cobain es común ver cuerpos diseccionados, cabezas de bebés, miembros amputados, fetos. Se dice que el artista no solo buscaba exteriorizar sus demonios por medio de la música, sino también de la pintura.
Según ha comentado en una entrevista con The New York Times, Joshua Roth, el director de la agencia, que también representaba a la viuda de Cobain, Courtney Love, la idea de esta muestra es “demostrar los paralelismos que existen entre la discografía de Nirvana y la obra pictórica de Kurt, quien desde muy pequeño soñó con ser dibujante de Disney”. De hecho, uno de las obras expuestas y probablemente de las más conocidas de esta faceta de la estrella es Incesticide (Incesticida), que sirvió como portada para el álbum del mismo nombre en 1992.
Aunque se desconoce con exactitud desde cuándo Kurt dibujaba en sus diarios personales, Krist Novoselic, el bajista de Nirvana y amigo íntimo de Cobain, ha dicho que lo hacía con la misma frecuencia que solía escribir canciones.
Incesticide, de Kurt Cobain. / Feria de Arte de Seattle
La muestra de Kurt Cobain fue exhibida el fin de semana pasado en la Feria de Arte de Seattle, pero la idea, según Roth, es “crear una exposición itinerante que realmente narre la vida de Kurt a través de sus obras, objetos personales y memorabilia, algo similar a lo que hicieron los Rolling Stones en Londres con Exhibitionism”. El directivo añade además que ninguna de las obras tiene precio, ya que las mismas tienen un gran valor sentimental para la familia, sobre todo para su hija Francis Bean Cobain, que casualmente, también es pintora.
Crack babies, de Kurt Cobain. / Feria de Arte de Seattle
Fistula, de Kurt Cobain. / Feria de Arte de Seattle
