La FIFA está en serios problemas económicos a un año para la Copa del Mundo

Gianni Infantino, jefe de la FIFA
Gianni Infantino, jefe de la FIFA

El máximo organismo del fútbol mundial apenas ha conseguido 12 de 34 patrocinadores para el evento. Es más, en Rusia todavía no hay una cadena confirmada para transmitir los partidos.

La FIFA está en serios problemas económicos a un año para la Copa del Mundo

Los actuales deben ser los peores tiempos en la historia de la FIFA. El máximo organismo del fútbol mundial se ha tomado como misión cargarse la emoción y el sentimiento que despierta este deporte a costa de hacer con él un vehículo de producción de multimillonarios ingresos. Lo más irónico del asunto es que, mientras muchos de sus cargos mundiales y dirigentes de este deporte en distintos países del mundo son capturados y acusados de corrupción, la misión de convertir la pasión en negocio está fallando a lo grande.

El año pasado, la FIFA perdió hasta 369 millones de dólares, el triple de lo perdido el año pasado, y para este ejercicio se espera que esa casilla indique un total de 489 millones. Sus reservas, que desde 2008 no bajan del billón de dólares, podrían caer hasta los 605 millones el próximo año, asegura The Economist.

Estas pérdidas se explican por los fondos cada vez más altos que necesitan asociaciones de este deporte en el planeta, pero también por cambios en la contabilidad, es decir, cómo los costos e ingresos son reportados. Las pruebas de soborno y corrupción emitidas por las autoridades suizas y estadounidenses no han sino empeorado un panorama muy triste para los de Gianni Infantino. Las facturas del organismo internacional subieron a los 20 millones de dólares en 2015, y hasta los 50 millones el año pasado. Sus estados financieros reflejan una serie de pésimas inversiones, incluida su museo en Zúrich, Suiza, que tuvo un costo de 190 millones de dólares y apenas ha sido visitado en el año y casi cuatro meses que tiene de estar abierto.

En la FIFA de cualquier forma piensan que lograrán alcanzar su meta de ingresar 5.6 billones de dólares en el ciclo de entre 2015 y 2018, gracias en parte a la celebración de la Copa del Mundo de Rusia del próximo año. Pero eso dependerá también de las cadenas televisivas y los patrocinadores del evento. Muchos de los padrinos del máximo torneo futbolístico del mundo, incluidos algunos pesos pesados como Sony, Emirates y Castrol, optaron por no renovar sus contratos. Con menos de un año para que inicie la cita, los dirigentes del fútbol mundial apenas han conseguido 12 patrocinadores de los 34 que tienen disponibles. Para dar una idea de lo grave de este problema, resulta que en Rusia ninguna cadena ha convencido a los dirigentes para transmitir los partidos en el país anfitrión. Lo peor de todo, es que este equipo de mercadeo que probablemente le dijo a Infantino que un torneo de 48 equipos repartidos en grupos de 3 haría todo más atractivo para aficionados y patrocinadores.

Como sea, los patrocinadores que tiene la competencia hasta el momento son, por decirlo de alguna forma, exóticos. Por ejemplo, está Vivo, una empresa con cuarteles en China que se dedica a la producción de teléfonos inteligentes. Esta fabricante es una más en la lista de patrocinadores chinos que ha engrosado las teorías de que el gigante asiático presente una candidatura para organizar este torneo en el futuro.  Estos coqueteos con China podrían hacer pensar que la FIFA ha cambiado su postura, pero lo cierto es que todavía hay muchas dudas en torno al organismo. En mayo recién pasado, la federación sustituyó a un juez y un fiscal de su comité de ética para reemplazarlos con nuevos rostros. Los oficiales caídos eran responsables de las investigaciones que llevaron a suspender a Josep Blatter, expresidentes del organismo, y otros altos mandos. Todos ellos alegaron que sus caídas frenarían las reformas de la entidad.

La debilitada credibilidad del organismo terminó de hundirse con esa avalancha de cabezas rodantes y los esfuerzos por hacerse ricos gracias a la pasión de la gente podría hacer rodar otras nuevas. El tiempo apremia y Rusia ya ha iniciado la celebración de la Copa Confederaciones, una pequeña antesala del Mundial. La gente ha respondido hasta ahora en los estadios, pero para lamento de Infantino y los suyos, los aficionados son los que menos importan en su administración.

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