Toldos en las calles: una posible solución de habitabilidad

El autor reflexiona sobre la habitabilidad en las ciudades con el impacto que el clima causa en ellas: lluvia, excesivo calor...

Toldos en las calles: una posible solución de habitabilidad

¿Aumentaría la habitabilidad de los ciudadanos en las calles poniendo toldos en las mismas, tanto en invierno para los lugares de bastantes lluvias, tanto para el verano en los lugares de mucho calor? Aunque no sea un cambio esencial y substancial si con los toldos se consigue reducir la temperatura unos grados ¿no sería una necesidad imperiosa estudiar y analizar un programa nacional en este sentido? La Península Ibérica cada vez pasa por fases de más calor, especialmente en verano, por lo cual, habría que intentar que los ciudadanos que viven y conviven en esas ciudades, sea durante todo el año, sea durante unos días o semanas les fuese más grata su estancia y reducir un poco las temperaturas.

Es obvio y evidente que cada vez se produce más calor en toda la Península Ibérica, y es obvio que han aumentado las temperaturas, y es evidente que se soporta cada vez peor dicho fenómeno. Es cierto que los aires acondicionados se han ido cristalizando en todos los lugares de habitabilidad, o cada vez en más, sean públicos, como privados. Pero en general, diríamos en el espacio público, hay días y semanas que salir a las calles resulta enormemente costoso y sudoroso, por lo cual parece que habría que empezar a tomar ciertas medidas entre otras posibles que se podrían analizar y estudiar.

> Lo primero es ser conscientes del problema, por lo cual, si no lo somos no se verá la necesidad de estudiarlo, analizarlo, investigarlo y que expertos en distintas materias nos encuentren las soluciones. Intentar reducir los golpes de calor en ancianos y niños y en el resto de la población. Intentar hacerles la vida más saludable a turistas y personas que visitan esa ciudad. Hacer más habitable a las personas que durante un periodo de tiempo están en la calle o viven en la calle…

> Podría verse la necesidad que en todo tipos de edificios que se construyan nuevos se realicen con soportales, de tal modo, que sirvan de refugio para el frío, la lluvia y también para el calor. Estudiar al menos en todos los edificios y casas que se construyan que de fábrica tengan una especie de voladizos de sesenta u ochenta centímetros, a nivel del primer piso, que estén seguros, protegiese la población y sobre las aceras para la lluvia y el calor.

> Estudiar la posibilidad de en las calles de la mayoría de las ciudades, en las cuales sean posible, especialmente en los cascos antiguos, dónde en determinadas temporadas son visitadas por turistas de dentro y de fuera, poner toldos en determinadas calles o en las más posibles si es que se estudia y concluye que reducen las temperaturas unos grados, sin negar la posibilidad de que corra el viento.

> Si queremos y deseamos que el país sea un destino del turismo nacional e internacional hay que facilitar a esas personas, que sea lo más favorable y beneficioso para ellos la estancia entre nosotros. El excesivo calor dentro de las calles es y puede ser negativo.

> Intentar que el mobiliario urbano exista en cantidad y en calidad. Existan suficientes bancos para que las personas puedan descansar, suficientes arbolado para la sombra, suficientes fuentes y grifos de agua para refrescarse y para beber agua de forma gratuita y de calidad. En todas las ciudades tanto aquellas de destino turística como las que no… Creo que es necesario recuperar la fuente de agua potable en cada plaza como durante décadas hubo en Celtiberia, para uso de foráneos y nativos.

> Si tenemos sol suficiente. Si existen paneles solares en el mercado estudiar si se pueden poner farolas, que tengan varios usos, por un lado producir luz para alumbrado y al mismo tiempo esos paneles solares estén instalados no solo para la luz, sino para “emisores de aire fresco o aire acondicionado”, que se lanzaría a la altura de los seres humanos desde esos puntos. Al ser producido por el mismo sol y con energía solar no tendría coste de producción. Además podría ir acompañado de fumigaciones de agua muy diluida que refrescaría el ambiente.

> Estudiar la posibilidad de que existan farolas que emitan o diluyan agua para reducir las temperaturas ambientes. Si siempre no pudiesen estar funcionando, si podrían hacerlo cada cierto tiempo, podría ser agua no potable de pozos que se encuentren en el subsuelo… Evidentemente siempre que tuviesen los permisos legales y sanitarios suficientes.

> Con el enorme calor existente en toda la Península Ibérica ya no solo dos meses sino tres o cuatro o más, al menos en algunas zonas estudiar la posibilidad de poner en algunas farolas y en algunas plazas una ducha o especie de ducha, que no serviría evidentemente para ducharse pero si para refrescarse lo suficiente, y de alguna manera reducirse las temperaturas. Y en caso de urgencia o de mucha necesidad echarse suficiente agua en cabeza y brazos y nunca.

Es obvio que estas medidas posibles deben ser estudiadas y analizadas por expertos y por las autoridades especializadas, pero es obvio que algunas de estas medidas y otras que se podrían analizar o investigar podrían empezar a materializarse a partir de ahora, en cualquier lugar de la Península Ibérica y creo que en el resto del mundo.

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