En Siria salvan los libros de la guerra creando una biblioteca en una cueva

Estos jóvenes sirios no pasan los días con el temor de un nuevo atentado. Aconsejan libros, charlan sobre sus nuevas lecturas y crean un espacio de conocimiento y saber.

Todo lo que está sucediendo en Siria es horrible, como todas las guerras, en las que los más desprotegidos son asesinados y los que huyen necesitan un refugio. La ayuda humanitaria que necesita este pueblo depende del resto de los países, pero lo que más interesa parece que es un asunto económico, más que humanitario, aún así vemos como este pueblo encuentra refugio en los libros. 

Los jóvenes de Siria han tenido que dejar sus estudios universitarios, a priori esto es lo menos importante, pero para poder olvidar los bombardeos y muertes, han creado una biblioteca, protegiendo un don tan preciado como son los libros. 

Esta nueva biblioteca ubicada en Damasco, en la ciudad de Daraya, consta de 11.000 ejemplares. 

La idea nació en 2012, después de los asesinatos efectuados por el gobierno de Bashar al-Assad. 

Al principio,  los libros que iban rescatando los metían en la cueva sin registrar, pero cuando el volumen de los mismos empezó a ser mayor, comenzaron a clasificarlos, alfabéticamente y por materias. En la cueva también tienen mesas y sillas. Allí se reúnen y por un momento se sienten en paz, porque los libros siempre nos salvan hasta de una de las barbaries más horribles que puede haber en el mundo como es una guerra. 

Abu Malek uno de los fundadores de esta biblioteca, dice: "Tuvimos la idea de recuperar los libros que estaban bajo los escombros de casas demolidas. Hemos señalado también en que casas fueron encontrados estos libros para así poder identificar a sus propietarios. Cuando termine la guerra, si los dueños los solicitan, vamos a devolverles sus libros. También hemos recuperado libros que se salvaron de ser quemados en las bibliotecas y librerías de la ciudad. Es una manera de salvar nuestro patrimonio cultural". 

Estos jóvenes sirios han encontrado un propósito con la creación de esta biblioteca, no pasan los días enteros con el temor de un nuevo atentado. Aconsejan libros, charlan sobre sus nuevas lecturas y crean allí un espacio de conocimiento y saber. Al menos por unas horas son los jóvenes que eran antes de la guerra. 

Me parece algo maravilloso que leer haya sido un refugio para estos estudiantes, y que sigan cultivando la cultura y el conocimiento, porque los libros jamás nos abandonan, pero las personas sí. 

Como dijo el gran escritor Israelí Amos Oz, cuando sufrió la guerra arabe - israelí en el año 1948, "me gustaría convertirme en libro".

Esta iniciativa, valiente y generosa la hemos conocido por Humans of Syria, un colectivo de fotógrafos que difundió la historia.