El sexo tántrico o cómo incrementar el deseo para llegar a un goce superior

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Sexo tántrico.

Los hombres deben aprender a manejar su pene y controlar su eyaculación para que el encuentro sexual pueda durar horas y el orgasmo de ambos sea algo sublime.

El sexo tántrico o cómo incrementar el deseo para llegar a un goce superior

Los hombres deben aprender a manejar su pene y controlar su eyaculación para que el encuentro sexual pueda durar horas y el orgasmo de ambos sea algo sublime.

Después de conocer que Robert Pattinson practica el sexo tántrico con su chica FKA Twigs, parece que esta modalidad sexual comienza a dar que hablar, sobre todo porque promete alargar el encuentro sexual durante horas. Pero no nos confundamos, esta duración no se refiere a la penetración sino a los juegos previos: miradas, caricias, besos… Una manera de excitarse y excitar a la pareja pero sin tener urgencia por penetrar y conseguir el orgasmo rápidamente. Muy inteligente esto del sexo tántrico porque cuanto más se desea mayor es el goce al conseguirlo.

Los que más difícil lo tienen a la hora de practicar el sexo tántrico son los hombres. Es bien sabido que ellos, vosotros, sois más rápidos a la hora de eyacular por lo que es preciso que aprendáis a controlaros. No hay mejor amante que aquel que sabe manejar su pene y digamos, lo tiene bien amaestrado, con el fin de que su pareja no se quede insatisfecha, es decir, que vosotros alcancéis el clímax y nosotras nos quedemos con las ganas. Hombres, este no es el camino de la conquista.

Volviendo al sexo tántrico, el hombre que no sepa controlar sus eyaculaciones puede comenzar desde hoy a practicar ese control de la masturbación.

Básicamente puede realizar la siguiente práctica:

- comienza a masturbarte concentrándote en las sensaciones corporales.

- cuando sientas que la eyaculación está a punto de ocurrir para de masturbarte.

- relaja tu respiración y espera a que la excitación disminuya.

- ahora comienza de nuevo a masturbarte hasta que sientas otra vez la necesidad de eyacular.

- para de nuevo. Respira y vuelta a empezar.

Repetir este ejercicio tres o cuatro veces te hará ser consciente de las sensaciones corporales previas a la eyaculación. Después de estas repeticiones, continúa con la masturbación y ahora sí, eyacula con absoluto placer, te lo has merecido.

Traslada este control que has conseguido al sexo con tu pareja. Provoca su orgasmo y estarás listo para el tuyo también.

En el sexo tántrico los juegos preliminares se pueden extender al máximo. Las miradas, las palabras calientes, las caricias (obviando los genitales en las primeras sesiones), los besos por el cuerpo... todo ello acompañado de un buen ambiente: velas, música, sábanas suaves… Lo primordial en el sexo tántrico es conectar con la pareja a nivel espiritual. En las primeras sesiones de este tipo de sexo es posible que incluso no haya penetración. Se trata pues de incrementar el deseo día tras día conociendo el cuerpo de la pareja, descubriendo puntos erógenos, creando un vínculo íntimo que con el sexo convencional a veces no se consigue. Tres o cuatro jornadas eróticas darán lugar a una última jornada de sexo con penetración. ¿Os imagináis el placer que recorrerá vuestro cuerpo en esa última jornada? Mmmmm.

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