Raúl Álvarez: lo extraordinario en la cotidianidad, el shock del agua como valor plástico

cuerpos sumergidos
Cuerpos sumergidos. / Raúl Alvarez

Pintor madrileño afincado en Galicia, ha encontrado su espacio buceando en las cualidades plásticas de algo tan cotidiano como el contacto del cuerpo humano con el agua. Gesto natural y un espectáculo artístico.

Raúl Álvarez: lo extraordinario en la cotidianidad, el shock del agua como valor plástico

Pintor madrileño afincado en Galicia, ha encontrado su espacio buceando en las cualidades plásticas de algo tan cotidiano como el contacto del cuerpo humano con el agua. Gesto natural y un espectáculo artístico.

​Es dífícil para un artista encontrar su espacio personal en el actual panorama pictórico. Descartando el cada vez más banal arte conceptual que tan escaso arraigo genera entre el público, no se puede inventar nada y la búsqueda de estilo se convierte en una quimera que se alcanza sólo tras muchos años de trayectoria.

De ahí la singularidad de Raúl Álvarez, un artista madrileño afincado en Galicia que ha encontrado ese espacio único e intransferible buceando en las cualidades plásticas de un hecho tan cotidiano como el contacto del cuerpo humano con el agua, logrando convertir un gesto natural en todo un espectáculo visual y artístico que roza la irrealidad.

Raúl como los artistas de verdad, nace artista. De sus recuerdos infantiles destaca que la pintura tenía para él un poder taumatúrgico, se enfrascaba en sus creaciones y desaparecía del mundo…  Y aunque realiza estudios de pintura y técnicas artísticas, su gran valor radica en esas aptitudes innatas para un dibujo más que sobresaliente, tan atinado y perfeccionista que roza el virtuosismo y un gran dominio de las gamas y matices del color, siempre diáfano y limpio, cualidades que "ni pintadas" para sus representaciones del agua.

Estilíticamente bascula entre un realismo tan exacerbado que roza el hiperrealismo y  facetas más etéreas y sugestivas, pero siempre dentro de la correcta figuración.

El shock como recurso plástico

Los bañistas ha sido un tema que ha cautivado al mundo del arte desde el inicio de los tiempos… De los mosaicos grecorromanos a los experimentos impresionistas y cubistas, ha sido un pretexto para mostrar el cuerpo desnudo o la belleza de la condición humana, pero Raúl está muy lejos de este concepto, porque lo que le interesa es el agua, que convierte en absoluto protagonista de sus ejecuciones. Por este motivo llega a la  impersonalización de los cuerpos y prácticamente al ninguneo de los rostros… porque evita la dispersión de la atención de lo que es y simboliza el agua como recurso plástico y fuente de vida.

Raúl  Álvarez huye de emplastes y del grumo, de actuaciones farragosas, y consigue ejecuciones puras e imaginativas basándose en una temática que no por ser tan cotidiana se convierte en algo reiterativo. El talento del artista se materializa en obras y encuadres únicos profundizando en las casi infinitas posibilidades expresivas de la relación del agua y el hombre: De gotas mínimas que acarician las epidermis a cuerpos mojados que semejan estallar literalmente al contacto de grandes chorros, a la completa inmersión... Posibilidades gestuales, epidérmicas, estéticas, superficiales, actitudinales, volumétricas que subyacen en la simplicidad del sumergirse, bañarse, lavarse, mojarse, empaparse, salpicarse, chorrearse, precipitarse al agua… 

De ello, Alvarez extrae las máximas calidades y sensaciones visuales, estéticas y casi táctiles, logrando un armónico equilibrio en unas composiciones a priori desequilibradas.  Mantiene en todas ellas una indiscutible pureza formal, porque el estudio compositivo es otro de sus valores más logrados… Diferentes encuadres del mismo tema, siempre bien trazados, basculando entre primeros planos de cabezas, manos que gotean,  torsos, cuerpos parcialmente sumergidos, plenas inmersiones.. consiguiento la armonía en el choque brutal.

El shock como valor plástico va parejo a la alteración de las sensaciones volumétricas al cambiar de densidad, y a la pérdida de la gravedad, algo que no podría plasmar de esta manera tan espectacular sin el logrado estudio lumínico y los flujos luminiscentes que se filtran en el líquido elemento..

En algunas composiciones una luz intensa de raigambre mediterránea cercana a Hockney  potencia l de una forma casi indescriptible las gamas del azul haciendo que luzcan soberbias  y de una transparencia que supera lo apetecible. Sin embargo, hay que destacar que en aquellos lienzos en los que dominan gamas más oscuras y luces de atardecer consigue una profundidad que "se sumerge" en el onirismo y el misterio y quizás sean sus piezas más singulares.

En relación a la disposición de los cuerpos en el espacio, su saber hacer le hace exhibir un enorme repertorio. Las figuras aparecen solo ligeramente insinuadas, o casi desaparecen hasta ser literalmente incorpóreas como el espectacular Llamada de Neptuno o posan en difíciles scorzos violentos,pero siempre perfectas en sus proporciones.

Los individuos pueden centrar el lienzo o  aparecer desplazados del eje de la composición como perdidos en un indefinido cosmos acuatico. En un alarde compositivo, -algo muy clásico en este tema desde antaño-,   también retrata grupos de personas segmentadas al ser observadas desde los fondos lo que produce al espectador cierta sensación de desasosiego e inquietud, ..

Y como artista afincado en Galicia, un guiño al humor y a  la identidad de adopción con unas interesantes composiciones de bañistas sobre platos de pulpo en los que juega con la textura de la madera sin tratar un pintar  y la esfera que enmarca y determina la escena.

Be water my friend

Además la pintura de Raúl Alvarez posee un valor añadido. Junto al incontestable atractivo visual de las imágenes del pintor existe otro componente: el existencial.. El agua ha sido un elemento purificador anímico de la humanidad, ceremonias y liturgias y ritos de iniciación de inmersión han existido desde que el hombre es hombre.

La purificación en el caso de Raúl Alvarez no tiene tanto una carga espiritual, como actitudinal.Es un relax. un refresco de las vidas cotidianas, un mecanismo de vuelta a empezar, como el propio artista vuelve a empezar en cada nueva obra.. una especie de “ borrón y cuenta nueva” en lo ordinario de las vidas de niños, adultos y ancianos y en ese complemento de la vida que es el agua. Be Water my friend, como subtituló con gran acierto, una de sus recientes producciones, para fraseando al gran Bruce Lee..

Raúl Alvarez es versátil y como pintor de oficio, se adapta a todo tipo de géneros y aunque se mueve nunca mejor dicho como pez en el agua en estas líquidas composiciones, también alcanza altas cotas de ejecución en representaciones de paisajes fantásticos, de volúmenes geometrizados y colores planos en los que transforma la naturaleza en escenarios de ficción no exentos de una desolación apocalíptica de gran impacto visual. 

Sus últimas creaciones abarcan la investigación de los reflejos en superficies líquidas de imágenes urbanas, paisajes y hombres. Al igual que en el agua y los bañistas, comienza a estudiar  sus  posibilidades estéicas y expresivas buscando de alguna manera " la poética del charco". Le auguramos un gran éxito en estas series.

Porque viendo las cualidades de Raúl Alvarez: su espléndido dibujo, gran dominio del color, fidelidad a la naturaleza, y destreza en la composición estamos hablando de todo un pintor académico. Rara avis en estos tiempos… pero la gran modernidad de sus planteamientos, lejanamente enraizados en la estética norteamericana de los 50, y en el mundo de David Hockney le hace tener una frescura y un atractivo que le da un sitio  más que merecido  en el actual panorama gallego del arte de verdad, sin falsos convencionalismos. Porque sus obras demuestran su gran calidad. Raúl Alvarez logra a partir de lo más cotidiano llegar a la trascendencia y al valor de la universalidad, uno de los valores inherentes a la autenticidad del arte.

Comentarios