Aunque parezca mentira el smartphone está evitando muchos divorcios

El ciclo de vida de los smatphones se ha modificado en España. / shutterstock.com
El ciclo de vida de los smatphones se ha modificado en España. / shutterstock.com

No se trata de estar localizados ni vigilados ni del miedo a que lean nuestros chats o averiguen nuestra llamadas, los smartphone han llegado a nuestras vidas para evitar discusiones.

Aunque parezca mentira el smartphone está evitando muchos divorcios

Hubo un tiempo en que solo había un instrumento que sustituía a todos los demás y era un marido para una mujer que estuviera cansada de la falta de libertad que suponía vivir en casa de sus padres, un lugar lleno de reglas destinadas a preservar su virginidad. Esos tiempos ya han desaparecido y el ansiado marido ha sido sustituido por un smartphone qie además no se conquista y hay que seducir, solo hay que comprarlo y por fin ya se puede elegir con pantalla "grande", gran "capacidad" de almacenamiento, y, aquí es donde viene la gran diferencia, que sea "rápido".

Este artilugio que entró anteayer en nuestras vidas, se ha convertido en el objeto insustituible que también encandila a los hombres convirtiéndose así en la primera cosa deseada por ambos sexos, coincidencia que nunca se había dado. Jamás hombres y mujeres habían compartido sinceramente un deseo con tanta fuerza, y es que estos teléfonos tan inteligentes que han sustituido a los ordenadores y van camino se sustituir a las exitosas tabletas, lejos de ser un objeto son todos a la vez. Ya tenemos por fin la cámara de fotos soñada, la que nos iguala y hasta supera a los japoneses en su capacidad de capturar todas las imágenes, no por cientos, por miles, y además podemos retocarlas, abrir los ojos de los rostros o anchear la cara además de ponernos morenos o encuadrar la imagen, fotos que rápidamente podemos compartir vía whatsApp, Telegram, Skype, Instagram, o, para los menos activos, correo electrónico o SMS. Y qué decir de nuestras charlas de fulanita o fulanito me dijo y yo le dije o me contaron tal o cual cosa, ahora tenemos varios grupos de amigos, compañeros, o familiares, a los que les podemos decir al instante cualquier cosa que se nos ocurra, dónde estamos o qué comemos. Conversaciones apasionantes que podemos mantener sin salir de casa y donde antes teníamos un puñado de amigos ahora tenemos cientos o miles  de personas que no conocemos pero nos siguen y las seguimos en Facebook o Twitter o los dos. Además es como si llevásemos encima los 100 tomos de la antigua enciclopedia Espasa. Ahora decimos "ok google" seguido de lo que queramos saber y una voz nos contestará con la respuesta además de mostranos 2 o 3 millones de entradas que nos dan información para los más ansiosos de conocimiento.

Para los más jóvenes es además el reloj o la cámara de video para videoconferencias, aunque tambien la utilizan los mayores. Nos dice antes de salir de casa si nos vamos a mojar o si pasaremos calor o frío, hoy y los proximos 14 días. ¿Se puede pedir más? Sin duda. Se puede leer el periódico, las revistas, un libro, o buscar trabajo en Linkedin o Infojob, o un piso en alquiler, y sobre todo comprar cualquier cosa que se nos ocurra, ropa, medicinas, viajes, etc., etc.

¿Y a dónde conduce todo esto? A la paz y la armonía en las parejas por muy extraño que parezca. Antes era imposible leer el periódico en la mesa de una cafetería, bar o restaurante sin una bronca, pero ahora sí. Antes no se podía hacer temas de trabajo estando con la esposa, el marido o la novia, pero ahora sí. Antes las parejas con relaciones largas tenían que hablar y contarse cosas, pero ahora no. Antes había que decir cosas amorosas o hacerse muchas caricias y mimos pero ya no, ahora se puede vivir con alguien con el que nunca nos casaríamos porque podemos estar en la cama de charleta en nuestro smartphone quitandole el sonido al teclado, y si nos pillan siempre podemos decir que estábamos poniendo el despertador, que también es posible. ¿Y eso por qué? Porque el otro está deseando que nos enganchemos al telefono inteligente para lanzarse al suyo con esas ideas que permanentemente atraviesan nuestras cabezas.

Así hemos pasado del dos no discuten si uno no quiere, al dos no discuten si tienen smartphone, porque realmente no tienen tiempo. Saben que si  discutiesen un rato largo se encontrarían después con 400 o 600 entradas al chat y no podrían seguirlo. Dicen que hay gente enganchada a las redes, aunque yo no me imaginaba que hubiese gente que no lo está, y parece ser que incluso están abriendo clínicas para dejar la adicción, pero lo que no logro imaginar es qué haría la gente sin un móvil en la mano. Para empezar creo que ya no irían al Congreso los Diputados que ahora van, ni iríamos a trabajar, sitio favorito para chatear, y seguro que aumentarían los divorcios.

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